Lunes 27 de octubre de 2003

Intereses

La remodelación hotelera que tiene lugar en Bariloche y la que se proyecta en Catedral para los medios de elevación, tienen un mismo origen, pero matices y hasta concepciones diferentes. Ambos apuntan a satisfacer la demanda originada en el advenimiento turístico que en los dos últimos años experimentó la ciudad. No obstante, los empresarios impulsores están enfrentados y se disputan las cámaras y asociaciones. Los intereses predominan en los negocios del turismo y en alguna manera atentan contra el futuro desarrollo de la ciudad.

En el firmamento de la política local, y sobre todo en los negocios empresarios, todos los caminos conducen hacia el despacho del intendente municipal, el cual ocupa Alberto Icare. El popular "Beto" se ha convertido en un referente casi exclusivo de las principales inversiones junto al Nahuel Huapi. No en vano, mañana la Cámara de Comercio local, junto a los representantes de una decena de instituciones, "peregrinarán" para convencer al intendente de "cómo debe instrumentarse la readecuación del cerro Catedral".

Pocas veces en la historia barilochense un intendente tuvo el respaldo interno y externo del que goza Icare. Un respaldo forjado sobretodo en la racionalidad y en no prometer ilusiones. El advenimiento del turismo abre una puerta grande para la ciudad, por la cual entrarán las inversiones y también los actores y problemas de las mismas. Icare conoce los problemas de los barrios y las necesidades de la gente. Deberá priorizar la mano de obra local y sobre todo instrumentar los mecanismos de capacitación, para que los trabajadores de la ciudad no deban sucumbir ante la competencia externa.

El primer paso será desenredar la compleja maraña del cerro Catedral, donde la mayoría de los actores se mueve y opina exclusivamente por intereses particulares. Prueba de ello son los ex concesionarios de Robles Catedral, empecinados en perpetuar sus privilegios en la montaña.

Si Icare logra impulsar la firma de un contrato sustentable con Catedral Alta Patagonia, el cual permita acompañar el crecimiento hotelero y de servicios que ya experimenta la ciudad, tendrá un importante crédito a futuro. Para ello, debería propiciar que no exista un manejo unilateral y monopólico de los precios en los medios de elevación, que el desarrollo del centro invernal sea sostenido hasta el 2025 y no se agote en cuatro años de modernización y que el usufructo de las tierras no sea en beneficio exclusivo de unos pocos.

Circunscribiendonos al turismo, si Icare logra encausar el centro invernal podrá avanzar en la desregulación de los servicios lacustres en el lago Nahuel Huapi, readjudicatar la concesión de la isla Huemul, modernizar la terminal de ómnibus o construir el centro de congresos y convenciones.

Los "intereses empresarios" vinculados al negocio turístico generan ingresos anuales por más de 100 millones de pesos en servicios destinados al turista. No sería "utópico" pretender que los gobernantes trabajen para que al menos una parte de ellos repercuta en beneficio de toda la comunidad.

 

Toncek Arko

toncek@rionegro.com.ar

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