La falta de agua en los ríos será aún más drástica

Ya no quedan dudas. El verano que se viene tendrá muy poca agua en los ríos Limay, Neuquén y Negro. La generación de energía y el pobre deshielo fueron factores determinantes.

La baja ya se puede apreciar a simple vista en el río. Cuencas ya anticipó también niveles mínimos en los embalses.

CIPOLLETTI (AC) - La enorme cantidad de agua que las hidroeléctricas utilizaron este invierno para generar electricidad, sumada a la falta de previsiones de los organismos públicos y el débil deshielo que se avecina, harán que este verano las presas operen con restricciones y que los ríos Limay, Neuquén y Negro lleguen al Valle con caudales muy bajos.

De hecho, desde Senillosa y Vista Alegre hasta los valles del río Negro la drástica bajante de los caudales se nota desde el mes pasado. Ello se debe a que los embalses de las presas bajaron tanto por la hidrogeneración que las cotas se acercaban a los mínimos y hubo que restringir las salientes de las presas.

En la zona hay un organismo encargado de controlar el manejo de los caudales, que es la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), pero los operadores de las presas tienen amplias facultades para utilizar el agua que baja de las montañas. Se las dan los contratos de concesión.

En realidad, los que decidieron esta programación fueron la secretaría de Energía de la Nación y Cammesa (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico SA), una empresa mixta que atiende el despacho de electricidad en el país.

La falta de gas

Y lo hicieron para suplir la falta de disponibilidad de gas que tuvieron este invierno las centrales que utilizan ese fluido para generar electricidad (se dio prioridad al consumo residencial). Es probable que sin el aporte de las centrales hidroeléctricas del Comahue, el país habría sufrido un desabastecimiento.

"La acumulación (de agua) actual en los embalses, más el estado general de la cuenca, particularmente la acumulación nival (determi

nante del afluente a largo plazo) y las perspectivas climáticas permiten estimar afluentes para el período octubre 2003/abril 2004 por debajo de los niveles medios", diagnosticó la AIC en su informe hidrometeorológico de septiembre, que ayer fue distribuido.

"En razón de esta situación, se mantiene la probabilidad de que hacia finales del verano los embalses alcancen niveles mínimos", añadió.

Afortunadamente en los contratos de concesión se incluyeron cláusulas de protección para los productores frutícolas. Es lo que obliga a los operadores de las presas a reducir los caudales durante el verano, de modo tal que la napa en las chacras se mantenga baja.

De lo que informó Cuencas se desprende que esas restricciones, que deben aplicarse desde enero, serán mayores aun este verano y que es probable que deban anticiparse. De todos modos, que las napas deban mantenerse bajas no significa que el rigor de la falta de agua alcance a las chacras como ocurrió en el 98.

Las perspectivas climáticas a las que hace referencia el reporte de Cuencas son las que indican que de acá a diciembre no abundarán las lluvias.

Además, en lo que va del año las principales estaciones meteorológicas que la AIC tiene diseminadas en la cuenca mostraron que las precipitaciones estuvieron casi todas por debajo de la media histórica.

Peores indicadores arrojaron las modernas estaciones medidoras que el organismo tiene en la alta montaña: en este caso todos los registros están por debajo de la media.

Desde el punto de vista energético quedan dudas: ¿podrá el sistema nacional dar respuestas a la demanda energética del verano? Y en tal caso, ¿no dependencia de las centrales térmicas, de costos más altos, harán subir los precios mayoristas de la luz?.

Ya ocurrió en el '98

Los productores saben de sequías y bajas de caudales en el río. Hasta incluyen la falta de agua entre las contingencias climáticas como las que cada temporada hacen penar a los chacareros cada vez que hay amenaza de heladas o granizo.

En 1998, los productores de la región tuvieron un año complicado, con poca lluvia en la cordillera, escasa nieve y como resultante pobre caudal del río. Regar así era toda una complicación y a más de uno se le quemaron los libros a la hora de resolver la cuestión.

Esa temporada la bajante del río llegó a mínimas consideradas históricas, lo que lógicamente se tradujo en una notoria baja también de la napa freática que hizo que las plantas que no reciben agua del sistema tradicional de riego se secaran Si las plantas no reciben suficiente agua entre setiembre y febrero, la principal perjudicada será la calidad y dentro de ella el tamaño y el sabor de la fruta.

Ese año, los productores que toman agua del río tuvieron que agregar enormes caños para poder llegar con las bombas, dado que la baja es tremenda. (AR)

Los caudales, paso a paso

•A principios de julio, una ola de frío en la zona central del país les quitó disponibilidad de gas a las centrales térmicas de generación de energía. Se suplió con un aumento de la producción de hidroelectricidad, especialmente en el Comahue.

•Los caudales aguas abajo de las presas crecieron hasta su máximo permitido (1.620 metros cúbicos por segundo en el río Negro) y casi no bajaron durante más de dos meses.

•Agosto fue un mes que puede tomarse como ejemplo del funcionamiento de la cuenca durante este período: todos los ríos del sistema aportaron un caudal medio diario de 1.071 metros cúbicos por segundo y las presas dejaron pasar río abajo un 50% más: 1.518.

•Ese mes todos los embalses ya registraban déficits respecto del mismo período del año anterior.

•Ese déficit se mantuvo en setiembre: los embalses de El Chocón y Cerros Colorados tuvieron 2 y 3 metros menos de agua, respectivamente, respecto de 2002.

•El frío en la Pampa Húmeda cedió y el gas quedó disponible para el sector generador.

•Las hidroeléctricas mermaron su producción y los caudales bajaron tan drásticamente que el río Negro pasó de tener 1.620 metros cúbicos por segundo a unos 450. (AC)