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"Argentina tardará más de 4 años en volver al mercado de capitales"

El ministro Lavagna se despachó con ese anuncio ante los empresarios. "No estamos dispuestos a seguir endeudándonos aunque nos presten", dijo. Defendió su política gradualista.

El ministro Lavagna compartió un almuerzo con los empresarios en la Fundación Mediterránea y les lanzó duras críticas.

BUENOS AIRES (ABA).- El ministro de Economía, Roberto Lavagna, afirmó ayer que Argentina necesitará "mucho más que tres o cuatro años" para regresar al mercado de capitales y que "no hay urgencia para hacerlo".

Señaló además que "un acuerdo de corto plazo (con los acreedores privados) no es compatible con el estado del país".

"No estamos dispuestos a seguir endeudándonos, aunque nos presten", expresó el titular del Palacio de Hacienda, durante un almuerzo en el Hotel Alvear que fuera convocado por la Fundación Mediterránea del que participó "Río Negro".

El alejamiento de los mercados de capitales anunciado por el ministro significa en lo concreto cerrarle al país el acceso al crédito y congelar el desarrollo de la economía que necesita del financiamiento para expandirse. (Ver análisis).

Ante una nutrida concurrencia de empresarios de las firmas con mayor peso en el país, con los que fue muy crítico (ver recuadro), Lavagna indicó que Argentina va a cumplir con todos sus compromisos "dentro de las condiciones que las circunstancias imponen" y con la "mayor equidad posible".

Cuando hizo referencia a que no habrá un acuerdo corto con los acreedores privados, aclaró que "una reestructuración rápida no encaja con la capacidad de pago del Estado". "No es útil hacer acuerdos que no estamos seguros de poder cumplir. Los compromisos inaplicables o incumplibles no sirven", destacó, antes de ejemplificar con que "desde fines del 2001 se incumplieron 14 de los 19 acuerdos suscritos por nuestros funcionarios de Hacienda" Luego volvió a marcar los límites de la negociación: "Sin un crecimiento sustentable, no habrá seguridad para nadie".

En cuanto a la prioridad dada a los organismos multilaterales de crédito (como el FMI) sobre los acreedores privados, el ministro de Hacienda reflexionó que "con acuerdos internacionales la salida es más fácil, pues refuerza la estabilización que la sociedad argentina ha alcanzado".

Lavagna definió como "esencial" a la inversión extranjera directa, para después sostener que la misma se basa en un marco de seguridad jurídica. De todos modos, subrayó que el inversor sabe diferenciar lo que significa un stock de deuda a reestructurar de lo que es el flujo de inversiones.

El ministro insistió en que -al igual que durante la administración Duhalde- "no solicitamos, ni vamos a solicitar fondos frescos"  

Defensa

El ministro hizo una fuerte defensa del "gradualismo" aplicado durante su gestión frente a quienes demandaban una política de shock que -según su enfoque-, había "deglutido" a dos ex ministros (Ricardo López Murphy y Domingo Cavallo). "Cuando predominaba el que se vayan todos, el shock (medidas centralizadas de carácter coercitivo) hubiera sido un error político. Entonces se optó por la estabilidad estructural del sistema, apuntando a un componente de cambio sin alterar la economía de mercado".

Mirando a los comensales, Lavagna asestó: "Ustedes son testigos de la cantidad de acuerdos sectoriales que fueron rechazados en estos 18 meses" y en tono desafiante recordó cuando "los partidarios del shock alarmaron con una inminente hiperinflación, el colapso del aparato productivo y la desarticulación del sistema financiero. No pasó nada de eso, y el que se vayan todos trastocó por una participación de la sociedad más amplia y transparente", indicó Lavagna.

El jefe del Palacio de Hacienda coincidió con los expertos internacionales en calificar a los años 80 como "la década perdida", pero de su propio cuño consideró los '90 como años "desperdiciados". "Las políticas que motivaron una espectacular expansión de la deuda pública han contado con el apoyo de sectores empresariales, grandes y medianos, salvo honrosas excepciones", subrayó e ministro, en medio de murmullos del auditorio.

En otro orden, y al ser consultado sobre el éxito que tuvo la jubilación privada en Chile en contraposición de lo ocurrido en la Argentina, el ministro sostuvo que "no hay evidencias internacionales que demuestren que las AFJP hayan aumentado el monto de ahorro de los afiliados".

Duro ataque a los empresarios

En un ámbito colmado por los empresarios más influyentes del país, Lavagna tuvo fuertes reparos para el rol que "salvo excepciones" cumplieron los hombres de negocios, especialmente durante la convertibilidad. "En 17 de los últimos 25 años -indicó-, hubo atraso cambiario y un espectacular incremento de la deuda pública que contó con el apoyo explícito o implícito de los empresarios".

Lavagna entiende que esa postura predominante se debió a tres factores: Primero porque "los empresarios se quisieron convertir en rentistas, consiguiendo rapidísimas ganancias de capital. Como segundo punto dijo que para los representantes de las empresas de servicios públicos privatizados, "la sobrevaluación del peso les facilitaba el management". "Era más fácil hacerse la América así", continuó.

Por último dijo que muchos confiaron en ese "modelo milagro" por ideología. Allí lanzó como conclusión que los empresarios entre 35 y 40 años son los más aptos para adaptarse a un "capitalismo serio", desprovisto de esa ideología.

No faltó el reproche por "exceso de picardía" al representante de Edenor, quien cuestionó cómo iba a crecer el país con racionamiento de energía. "Es una manera de pedir incremento de tarifas", ironizó.

A Lavagna no le faltó el humor, cuando Einaudi de Techint le dijo que puede hacer con más de 60 años. "Es que usted tiene un espíritu de 30", deslizó un distendido ministro. (ABA)

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