Lavado mental a cargo de Los Midachi

El trío humorístico santafesino se presentó el domingo en la capital neuquina ante un Ruca Che casi repleto. Fue un show para olvidar los problemas y reír hasta el cansancio.

Los Midachi, carcajadas a rabiar en el Ruca Che.

NEUQUEN (AN).- Sinceramente hacía mucho tiempo que no se veía a tantas personas juntas romper en carcajadas, reírse a rabiar, sin pensar en "qué dirá el de al lado". Olvidándose de las hipotecas, los trámites de divorcio, el FMI, las cuotas del auto, el pago del alquiler y la mar en coche.

Ellos generan todo esto. Son una especie de "lavado" mental. Extravían la memoria y los problemas entre personajes variados, chistes algo burdos y esbeltos cuerpos de cuatro sirenas, que paralizan las retinas y activan el sistema hormonal masculino. Te sueltan de las cadenas por un par de horas. Sos libre para hacer lo que gustes. Pero lo único que te sale en ese momento es reírte, a carcajadas, a rabiar.

Los Midachi cuentan con una don especial, más natural que experimental. Tienen un contacto casi carnal con el público. Parece como si supieran lo que viene a buscar cada una de las almas que abarrotan cuanto lugar los tiene en cartel. El humor "caviar" para ellos es tan desconocido como el fracaso mismo. Lo saben, y utilizan esta ¿falencia? como herramienta para hacer más efectiva la comunicación.

"Hemos progresado tanto en el humor fino", se ríe de si mismo Rubén "Dady" Brieva vestido de sugestiva bailarina, mientras Miguel Torres del Sel descargada su característica carcajada. Sus seguidores saben muy bien lo que verán. No encontrarán una crítica social, algún palazo dirigido a la clase política -salvo por "el brazo de goma" del vicepresidente-, escondido bajo sus bromas o imitaciones.

Sí pasarán un momento sumamente ameno, durante un show de dos horas que se mostrará bien a lo internacional, con voluptuosas bailarinas, buenos músicos, pantalla gigante, puertas giratorias, una escalera que entra y sale, proyecciones, luces computarizadas, sonido cuadrofónico, efectos especiales. Y sobre todo, mucha magia.

Este fue el paquete que ofreció el domingo por la noche en el estadio Ruca Che el trío humorístico santafesino, durante su segunda presentación en el año en esta capital. El espectáculo comenzó con los tres vestidos de frac blanco cantando y bailando un tema propio.

De entrada, uno de los mejores momentos del show. "Dady" queda en soledad ante el público y utiliza su monólogo para comentar los grandes cambios que evidenció el mundo familiar, y sobre todo el suyo propio. Dispara contra su esposa e hijos, contra su padre y se muestra como la víctima hogareña. Es una verdadera usina de risas. Miles de personas lo ovacionan. Y él vuelve a la carga contra su mujer. "El día que me muera quiero que me entierren en un shopping, porque va a ser la única forma de que mi esposa me visite".

Las puertas se abren y cierran. Escupen conocidos personajes. Luis Miguel, Bandana, La Mosca. Se despiden nuevamente Los Chalchaleros. Jennifer López, Rubén Rada, Diego Torres, Las Ketchup, Ricardo Montaner, Piñón Fijo. Otra despedida de Los Chalchaleros. Mambrú, Damas Gratis y Los Nocheros completan el virtual ránking que presenta la voz de "Muñeco" Mateyko.

Surge la viejo sketch de Drácula, el nuevo de un cantante español -encarnado por Del Sel-, y el dúo de guitarras donde "Dady" le devuelve gentilezas al "Chino" Volpato bañándolo con papel picado. Persiguen con los pantalones bajos a las chicas, sueñan con prolongar "alguna" parte de sus cuerpos, "La Tota" y "La Pochola" se sacan chispas.

Dicen que volvieron "porque sí". Se va terminando todo. Surge Mercedes Sosa, con problemas para trasladarse y una barriga que le roza el mentón. Ya no quedan fuerzas para seguir riendo. Se retiran prometiendo volver. Al diablo con el humor "caviar".

Sebastián Busader