Ricardo Cavallo, bajo implacable lupa

Un prolijo análisis de las conductas que dominaron al país en la década del '70 es el que hace José Vales en su investigación.

Ricardo Cavallo, símbolo de una época.

Para Bernardo de Monteagudo la historia es la "gran maestra del género humano".

Sin ella "los hombres andaríamos desnudos, de errores en errores".

Desde esta cosmovisión de la proyección que le es inherente a la historia, el periodista José Vales acaba de formular un formidable aporte destinado a evitar que los argentinos andemos "desnudos" y de "errores en errores", a la hora de mirarnos en función de futuro.

Hoy detenido en España a disposición del juez Baltasar Garzón debido a las violaciones de los derechos humanos que causó en Argentina, Ricardo Cavallo se instala en el libro como un simple muchacho que quiere ser marino. Logra atravesar la puerta de la Escuela Naval sin sobresalir en los exámenes de ingreso, como su amigo y compañero de promoción el tristemente célebre Alfredo Astiz. Y pocos años después, portando un rostro aniñado, a Ricardo Cavallo la historia le da la oportunidad de transformarse en un feroz torturador.

El tránsito que media en esa dicotomía, los detalles que la signan, integran quizá la parte más elaborada del trabajo de Vales. Con un estilo ágil, impecable manejo de la sintaxis, riqueza y economía en el despliegue de la palabra, Vales inyecta en el lector una constante seducción por el saber cómo sigue la historia.

Y alienta un interrogante vigente para quien explora aquel miserable tiempo: ¿Cómo fue posible tanta ferocidad?

Dantesco mire por donde se lo mire, ese tiempo tiene sin embargo una racionalidad intrínseca para quien desmenuza la historia con que se llegó a aquellos días.

No es una justificación, simplemente es una explicación. Porque ¿qué duda cabe que desarrollada en un país cuyo pasado se agita siempre en sangre, estaba en la naturaleza de la violencia de los '70 que todo terminará con más sangre?

Con prolijidad, sin dejarse empañar la mirada por prejuicios ni condicionamientos ideológicos, José Vales reconstruye la vida de marino Ricardo Cavallo, nombre de guerra, "Sérpico".

Desde su pasión por el mar, su tenacidad para ser alguien en una Armada sustentada en el elitismo, su voluntad para aprender y luego enseñar cómo ser eficiente picana en mano y terminar en un "exilio" dorado al que puso fin Baltasar Garzón, Ricardo Cavallo es una paradigma de la degradación en la Argentina de los '70.

Una degradación de causas muy socializadas.

Carlos Torrengo