Domingo 19 de octubre de 2003
Impactante reencuentro con el Coro Polifónico

Luego de nueve años de ausencia, el público aplaudió efusivamente la presentación del Coro Polifónico de Cipolletti, que brindó una velada excepcional a los amantes de la música.

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Una noche inolvidable se vivió con la presentación del Coro Polifónico cipoleño. "Orgullo y satisfacción", resumió su director, Barcos.

 

CIPOLLETTI (AC).- A sala llena, con sillas extras y gente de pie en el Centro Cultural, aplaudiendo a rabiar al final de cada interpretación, se produjo anoche el impactante y emotivo reencuentro del Coro Polifónico de Cipolletti con su público local y regional, tras nueve años de ausencia.

"Siento una mezcla de recuerdos con orgullo, de ansiedad con satisfacción, que me llega a lo más profundo del alma. Parece como si nunca hubiésemos dejado de estar juntos, tan estrecha es la relación del grupo con la gente, algo que nunca se rompió, y esta es la prueba", dijo anoche su director y fundador, el maestro Miguel Angel Barcos, minutos antes de la primera presentación.

La novedad -aparte del hecho de la continuación de las actividades de este prestigioso nucleamiento coral, que nació en 1967- fue la actuación especial de las reconocidas artistas japonesas, la violinista Naho Shibata y la pianista Misa Okamoto.

De traje, justo a las 21.15, Barcos ingresó al escenario instantes después que los 40 miembros del coro y sumó más aplausos a los que atronaban la sala, de parte de más de 350 enfervorizados asistentes. Más tarde, otro tanto hizo lo propio en la segunda presentación.

El arranque fue con dos temas corales tradicionales, "Gloria" y "Bendición". Le siguieron tres tangos de aquellos: "Naranjo en Flor", de Homero Expósito, "Invierno Porteño", de Astor Piazzola, y "Qué tango hay que cantar", de Cacho Castaña.

"Yo vengo a ofrecer mi corazón", de Fito Páez; "Te quiero", de Benedetti y Favero, y "Por qué cantamos", de los mismos autores, juntamente con el bello "Libertango", del maestro Piazzola, el coro elevó aún más la consideración del público.

Hubo también un espacio para el folclore y para lo clásico-coral propiamente dicho.

Nada quedó librado a la improvisación, acorde con la proverbial autoexigencia de Barcos para este tipo de acontecimiento. Las vestimentas -de camisa blanca los hombres, trajecitos rojos las mujeres, y de riguroso negro los músicos-, y la unción de los presentes, que hicieron un silencio absoluto en cada tema, roto obviamente por las palmas enrojecidas de celebración, redondearon un espectáculo que, auspiciado por Cultura del municipio y "Río Negro", superó todas las expectativas.

Barcos, en dirección y piano, las afamadas japonesas Shibata y Okamoto, Daniel Sánchez en teclados y acordeón, Marcelo Piñeiro (guitarra y canto), Eduardo Barcos (teclados), Mati Moya (percusión y canto) y Miguel Couto (percusión) juntamente con las voces del coro, y la gente, tocada hasta lo más profundo por el sabor del nuevo encuentro, le dieron un toque casi mágico a la velada, cuyo cierre se extendía al cierre de esta edición.

"Nipontango" y "Yumitango", un tributo a la fallecida pianista Yumico, quien compartió escenario con Barcos en sus exitosas giras por "el país del sol naciente", fueron puntos altos de las dos funciones. Incluso en uno de los temas interpretados por las japonesas, Barcos, por intuición pura, hizo un arreglo espectacular, insertando una pequeña parte del Himno Nacional Fue una noche inolvidable que quedará, seguro, marcada con sello indeleble en la memoria colectiva de los privilegiados que concurrieron a esta cita de honor.

Yamil Regules

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