Martes 14 de octubre de 2003

Habitar un mundo "Decadente"

NEUQUEN (AN).- No debe ser para nada desagradable vivir en su mundo. En un sitio donde la tristeza y la desesperanza seguramente tienen la entrada prohibida. No son bienvenidas en este planeta donde todo se pinta con el mismo pincel: el de la fiesta, el delirio, la locura "linda" y el sin sentido Así demuestran ser los Auténticos Decadentes cada vez que pisan un escenario. Riegan cada centímetro con total desenfreno y anarquía. Presenciar uno de sus espectáculos implica olvidarse de los problemas y subirse en un tren de diversión. Un tren que no nos llevará hacia lugares de poesías profundas, letras comprometidas o voces descollantes. Pero sí seguramente nos transportará hacia sitios más amenos que los que estamos acostumbrados ocupar El domingo por la noche en el estadio Ruca Che de esta ciudad los 13 muchachos-hombres provocaron un vertiginoso espectáculo -gratuito- que tuvo de lo que se pida, menos cordura y mesura Tocaron cada uno de sus hit -esos que bombardean nuestros oídos cuando echamos mano al zaping radial- y divirtieron a más de 6 mil personas -la mayoría adolescentes- que no pararon de mover sus estructuras hasta que las psicodélicas figuras se perdieron en las penumbras El recital Decadente fue el cierre de Los Primeros Juegos de la Juventud organizados por la provincia. Los hit explosivos y pachangueros como "No puedo", "Diosa", "El dinero no es todo", "Los piratas", "Loco", "Vení Raquel" y "Siga el baile" dieron paso también a arreglos más elaborados, algún dancehall sobre los piropos y un par de temas inclinados hacia la reflexión, con letras más jugadas. Dicen que llega una nueva etapa para la banda. Que no pueden vivir siempre atados a los ritmos de la cumbia. Una etapa menos "desquiciada" y más intensa, con relieves distintos desde la letrística, con mayor amplitud mental Es toda una incógnita si sus fans estarán dispuestos a aceptar y prenderse en este viraje. Lo que quedó demostrado en el Ruca Che es que a las masas le sienta más que bien lo que ofrecen sobre tablas. Todos quedaron atrapados en este "zoológico" rítmico. El "marcapasos" fue destrozado por la tremenda celeridad de cada canción. Los cuerpos sintieron el esfuerzo, pero la música que desprendían las enormes cajas negras se sentía como una especie de hipnosis musical Porque los Decadentes nunca fueron sólo músicos. Son una suerte de "circo" sin carpa, habitantes de un planeta que se ríe de las estructuras, que goza de lo anárquico y desfachatado.

Copyright Río Negro Online - All rights reserved
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación