Los contrastes de Elva Elissetche

La plástica neuquina expone trabajos

en cerámica en la sala Saraco.

La figura humana, eje de la obra de Elissetche.

NEUQUEN (AN).- Contrasta y en sus contraste la dulzura troca en dureza, el dolor se desgarra y abre un gesto de esperanza. Sus imágenes aman y quieren gritar al mundo.

Elva Elissetche es una ceramista destacada. La mejor entre muchas y siempre con mensajes contundentes, aunque el tono sea sutil, la media voz.

Elva exitosa y reconocida, está exponiendo en la sala Saraco (Olascoaga y las ferrovías), su nueva colección de once obras cerámicas y tres murales, que llevan un gran título "Contraste" No son más que los oponentes que juegan a enfrentarse y según este idioma... a Elva hay que leerle los labios. Es decir, descubrirle los mensajes encerrados, apenas delineados.

Pero teniéndola cerca, lo mejor fue preguntarle y que narrara esas historias ya contadas en la obra de arte Por lo general son piezas "de bulto entero" con medidas de cincuenta centímetros aunque las hay más pequeñas Regresó Elva a sus orígenes, la cerámica pero utilizando otros elementos artificiales y fáciles de usar.

Respecto del tema, se inclinó una vez más por los humanos y en especial la mujer "Se ha ganado mucho terreno, pero están las luchas inacabadas -dijo y acotó-, día a día aparecen nuevas lapidaciones o la princesita gitana obligada a los 12 años a casarse contra su voluntad".

Aparecen obras como Lolita, que contradice la mujer libertina y se envuelve en la oscuridad del medioevo o una Venus prehistórica y un mural de tres piezas "Destino del hombre", en una versión de la lucha por sobrevivir, mientras que en "Convenio vertical" se representa aquellas uniones que se mantienen a través de los tiempos, signadas por las conveniencias sociales o los intereses por el poder.

Para los ojos críticos de otra mujer, la escritora Lilí Muñoz en esta serie de "Contrastes" no hay descanso. "Sólo el aliento en el desborde contenido de la vida, la búsqueda sin fin, la violencia que paraliza un instante, pero no vence".

La estética de Elva, en la óptica de quien la observa, recorre armonías de arraigo y des-oculta olvidos; "esculpe esfuerzos y mixturas. Y sobre todo nos dice -acepta Lilí- con las manos y e cuerpo a quienes aquí, en la Patagonia Norte, al Sur del Sur, podemos sorprendernos de estar cerca de nuestra propia memoria en la tierra, de rozar el misterio de nuestro destino de trashumancia, de pasajeros y abridores de caminos de espumas".