Fueron a sacar las valijas y apareció una boa

La serpiente de más de dos metros conmocionó a Sierra Grande. Estaba en la bodega de un colectivo que venía del norte del país. Una joven amante de los animales la salvó de que la mataran y la adoptó como propia. No es venenosa y se trata de una especie que se encuentra en extinción.

Vanesa salvó a la boa de la muerte, y ahora la tiene en su casa como una mascota más.

SIERRA GRANDE (Especial).- Era una tarde más, en una de las tantas paradas de micros de larga distancia que hay en Sierra Grande hasta que pasó algo inimaginable: una enorme serpiente de dos metros de largo estaba entre el equipaje y sembró el pánico.

Afortunadamente el reptil está a salvo gracias a la adopción de una joven serrana, apasionada por los animales El hecho ocurrió hace una semana en horas del mediodía cuando una persona abrió la bodega de un micro, proveniente del litoral, y para su asombro descubrió que una enorme boa merodeaba entre las maletas.

La sorpresa fue grande y el escándalo no se dejó esperar, inmediatamente los pasajeros, choferes y transeúntes rodearon al animal y algunos de ellos como primera medida decidieron golpearla con elementos contundentes.

Incluso fue necesario que acudiera al lugar un patrullero con varios efectivos de la Unidad 13 de esta localidad, para colaborar con la inesperada situación.

En un momento alguien, de las personas que estaban en el lugar, decidió ir a buscar a Vanesa Zelaschi, una joven a quien le gusta la vida animal y que incluso tiene una casa de venta de peces, ardillas y hamsters.

Inmediatamente la mujer se acercó al lugar y vio como la serpiente estaba en posición de ataque, enroscada y con la cabeza erguida y asustada por la situación, alcanzó a observar a algunas personas con palos e incluso percibió alguna herida en el cuerpo de la boa.

En un primer momento no pudo identificar de que especie se trataba, pero no dudó en salvar a la animal, tomó coraje y con una horqueta lograron capturarla para que esté a salvo.

Una de las hipótesis que se maneja es que el reptil vendría en alguna caja o encomienda y se escapó, se presume que alguien la transportaba para su comercialización Indignada por el maltrato que sufrió la boa, Vanesa la llevó hasta su casa para ponerla lejos del peligro, se contactó con un amigo a quien le apasionan los reptiles y descubrieron que se trataba de una Boa Argentina, especie en peligro de extinción.

Aún no se explican cómo alguien las puede someter a tanto maltrato presumiblemente con fines lucrativos, ya que se cotizan en el mercado en unos 350 dólares.

La boa tiene nombre, se llama Yago, es un macho que mide alrededor de dos metros de largo. En cada oportunidad, cuando Vanesa la hidrata o acaricia, la serpiente le lame sus manos, "parece que estaba en cautiverio porque se deja tocar" comentó a este medio la joven La boa es una serpiente, no venenosa, que llega alcanzar los diez metros de largo y vive en América tropical, posee suficiente fuerza capaz de estrangular a su presa.

Ahora Vanesa se encariñó con Yago y sólo espera que esté a salvo.