Viernes 19 de setiembre de 2003

Se electrocutó un chico en una toma neuquina

La víctima tenía 11 años y junto con él estaban varios hermanitos. Vivía en una casilla que no tenía la llave térmica para evitar accidentes. Fue cuando intentó cambiar la lámpara de un precario velador.

NEUQUEN (AN).- Un niño que vivía en una precaria casilla ubicada junto a la barda, se electrocutó cuando intentaba cambiar la lamparita de un velador que estaba en cortocircuito.

El artefacto, también muy precario, no tenía la debida protección, y el chico -de once años- falleció instantáneamente. Fue determinante que la casilla, igual que todas viviendas de ese lugar, estuviera conectada directamente a la línea eléctrica, sin llave térmica ni otro interruptor.

"La corriente pasó sin ningún freno y el nene murió enseguida", afirmaron fuentes allegadas a la investigación que fue cerrada rápidamente al comprobarse que se trataba de un accidente doméstico.

La víctima fue identificada como Daniel Paredes, quien tenía once años y vivía en la casilla con su mamá y cuatro hermanos, algunos de los cuales estaban en la casilla cuando de produjo el accidente. Fuentes allegadas a la investigación comentaron que la madre de los chiquitos estaba trabajando y que hubo que ubicarla para darle la terrible noticia.

Aferrado al artefacto

 Daniel había ido a la escuela muy temprano, pero volvió porque sus maestros habían adherido al paro. Permaneció en la casilla con sus hermanos hasta que se decidió a cambiar la lamparita del velador. Según se supo, el niño murió aferrado al artefacto, que no contaba con la protección plástica que cubre al receptáculo donde se colocan las lámparas El chico no llegó a quitarse el guardapolvo, comentaron fuentes que participaron del peritaje.

La Policía y los bomberos trabajaron en el escenario del crimen, aunque previamente reclamaron la presencia de los operarios de la cooperativa Calf, la concesionaria del servicio eléctrico de esta ciudad Los técnicos tuvieron que dejar sin electricidad a todo el sector conocido como "La Toma del Cañadón", donde sobre una superficie reducida se multiplican las casillas de familias pobres que se "cuelgan" a la red eléctrica que alimenta la zona noroeste de Neuquén La situación derivó en reclamos de los vecinos, algunos de los cuales en principio ignoraban la muerte de Daniel Paredes. La casilla está en un lugar identificado sólo como manzana B.

La toma está muy cerca de la esquina de Colón y Acaterna, y es una más entre las decenas de asentamientos que pueblan la periferia de esta ciudad, sobre todo el sector oeste. Las ocupaciones, de no haber un traslado, con el tiempo se transforman en barrios donde lentamente las casillas de chapas y cantoneras son reemplazadas por construcciones de ladrillos, que "llueven" sobre todo en tiempos electorales La denominación de la toma donde se produjo este hecho responde precisamente al lugar donde se ubica y es considerada de riesgo por las descargas pluviales que bajan desde las bardas. Es común que los ocupantes se enganchen a la línea y que desde ese punto se deriven muchas otras conexiones, todas precarias y riesgosas.

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