La Iglesia en Entre Ríos pide desobedecer una ley

Se trata de la norma que impide a la policía accionar contra las actividades que desarrollan las prostitutas en la calle.

La Iglesia Católica entrerriana pidió "no obedecer" la ley que impide a la policía accionar contra las actividades que desarrollan las prostitutas en la vía pública, en el primer pronunciamiento en contra de la norma sancionada el miércoles por la legislatura provincial El presbítero Héctor Rodríguez, a cargo de la Vicaria de la Familia y la Vida del arzobispado de Paraná, a través de un documento que hizo público ayer, afirmó que la citada "ley es injusta y no debe obedecerse". "Se está legitimando la prostitución y eso no está bien. Me parece que la gente se podría ganar la vida de otra manera y no caer en este comercio de un acto que es generador de vida y que por tanto debería ser un acto de amor".

Según Rodríguez "con este tipo de legislación se está inculcando el vicio en la sociedad. Todos sabemos que de hombres viciosos derivan causas siniestras. Con una ley como esta no se construye una sociedad justa y libre de pecado. Al contrario a lo que se llega es a legitimar por ley un acto que es condenable", prosiguió El religioso opinó que legalizar la prostitución "es bastardear el acto generador de la vida, que debe ser un acto de amor, para transformarlo en un acto para el comercio y para el puro placer". "Con este tipo de leyes los legisladores están dejando ver el tipo de sociedad que están persiguiendo. No se quiere una sociedad basada en la virtud, sino en otra cosa".

Rodríguez comparó la ley de despenalización de la prostitución con la de salud reproductiva, recientemente aprobada en Entre Ríos: "la ley que vulnera el derecho más fundamental, que es el derecho a la vida, a la patria potestad y que ataca la familia, es una ley injusta. Y una ley injusta no debe ser obedecida".

Fuentes parlamentarias insistieron en recordar que, en diez días, a partir de la remisión oficial del texto de la ley, el poder ejecutivo entrerriano deberá promulgar o vetar la norma sancionada por unanimidad en ambas cámaras legislativas. Si en ese lapso el poder ejecutivo no se ha pronunciado, la ley quedará automáticamente promulgada. (Télam)