Un preso "pyme" sorprende a todos

Veinte condenados montan un tambo en un campo cercano al penal donde están detenidos, en Formosa.

Un preso lidera un microemprendimiento en Formosa y es el jefe de 20 condenados que crían animales y planean instalar un tambo en un campo cercano al penal en el que están detenidos, dentro de un programa que les permite cambiar "trabajo por algo de libertad" El área de trabajo tiene una superficie de 50 hectáreas y está ubicada a metros de la Alcaidía Policial de Varones Formosa, donde los reclusos crían caprinos y aves Simplemente por casualidad, el campo fue adquirido en 1979 por Hugo Ramón Romberg, el hombre que ahora lo explota junto a sus compañeros de prisión. "Nunca pensé que tiempo después iba a estar detenido justo enfrente", dice Romberg, quien cumple una condena de 14 años de encierro por el asesinato en 1999 de su cuñado, el abogado Carlos Cubillas, crimen del que siempre se declaró inocente Romberg y sus camaradas salen todos los días a trabajar al campo con una discreta custodia y regresan por las noches a descansar al penal. Los presos han creado un pequeño circuito para la comercialización de sus productos entre los habitantes de la zona, pero en general coinciden en que no los mueve el dinero sino la posibilidad de pasar la mayor parte de la jornada fuera de las celdas "No lo podemos creer, esto es un privilegio. La palabra fuga ni pasa por nuestra cabeza" dijo Tomaso Risso, condenado a 12 años de prisión por homicidio, mientras colocaba un alambrado en el campo de la Colonia Penal que funciona con el aval de la Fundación "HR" (Hombre Rehabilitado) A su vez, con miles de proyectos en mente, el preso-PYME Romberg adelanta que planea construir su casa en la Colonia Penal, donde también piensa terminar de escribir su libro "Crímenes de Justicia", donde relatará detalles de la acusación que lo llevó a la cárcel, a la que tilda de "falsa".

Dispersos en el extenso campo, cada preso tiene su tarea. Unos trabajan con palmas, otros construyen el futuro tambo o arman corrales para los chivos o criaderos para cerdos, mientras el resto alimenta a las aves. En noviembre "comenzamos a comercializar la producción", aseguró el interno-empresario, quien espera incorporar cuanto antes la producción de dulces caseros, embutidos y siembra de maíz, sorgo y caña "Este es un sueño. Hace mucho tiempo tenía pensado hacer esto, aunque no estando preso", confiesa con un gesto de picardía Algunos internos-empleados, acompañados por la custodia, salen del predio ubicados en la afueras de la ciudad para comprar combustible, a la gomería o comprar repuestos "como una tarea normal" en el ramo del comercio Las tranqueras, abiertas de par en par, conducen al casco principal del establecimiento, donde dos custodios controlan el comportamiento de los internos que trabajan en el lugar "Nunca tuvimos problemas", dicen los guardianes. "Los barrotes son una puerta más para nosotros. Nosotros nos levantamos a las siete de la mañana, desayunamos y venimos a trabajar. Para nosotros la celda es un dormitorio" indicó Julio Alegre, quien está preso por asesinar de once puñaladas a un hombre.