El señor de los inventos

Parodi dio cátedra en los cinco continentes y es un referente mundial en cirugía vascular. Sus ingeniosas creaciones, además de valerle honores y prestigio mundial, revolucionaron la práctica quirúrgica a través de la implementación de técnicas mínimamente invasivas.

Juan Carlos Parodi nació en la ciudad de Buenos Aires el 16 de agosto de 1942. En diciembre de 1966 se recibió de médico en la Universidad del Salvador, y en 1972 realizó la especialización en Cirugía General en la Universidad de Buenos Aires. Cuatro años más tarde recibió la licencia federal de médico en los Estados Unidos, y el título de médico y cirujano matriculado en el Estado de Maryland.

Considerado uno de los "popes" de la Cirugía Vascular, su inquietud permanente por la creación y desarrollo de nuevos métodos que hicieran de la cirugía un hecho médico menos traumático y más eficiente, no se ha agotado con los años.

Está ligado al instituto Fleni como profesor y consultor del departamento de Cirugía Vascular desde hace varios años, pero ahora llegó para quedarse: actualmente está a cargo del Servicio de Angiología y Terapéutica de las Enfermedades Vasculares.

-¿Qué es lo que considera más trascendental de su destacada vida profesional?

-En realidad lo que más resaltó de todo lo que hice en mi vida fue el haber diseñado tratamientos mínimamente invasivos, que permiten tratar enfermedades serias que antes requerían una gran cirugía, con métodos que obtienen lo mismo con infinitamente menos traumas. Esto fue lo que más impulso le dio a mi carrera. En 1976 concebí un tratamiento para los aneurismas, una dilatación permanente de una arteria cuyo riesgo mayor es la ruptura; si la misma ocurre la mortalidad es muy alta y está considera la décimo tercer causa de muerte. Por lo tanto, a los aneurismas hay que tratarlos antes de que se rompan. El tratamiento quirúrgico convencional es muy efectivo y duradero pero la operación es grande, las complicaciones frecuentes y la recuperación muy lenta. Es por ello que propuse un tratamiento menos agresivo para los aneurismas.

-¿En qué consiste específicamente?

- Se trata del Tratamiento Endoluminal de los Aneurismas. Se obtiene lo mismo que con la cirugía convencional y consiste en que, en lugar de acceder a las arterias desde el exterior, se lo hace desde el interior del vaso, y sin tocar otros tejidos. Además, como las arterias no tienen sensibilidad, el médico puede estar charlando con el paciente durante la intervención y, por supuesto, al no existir incisiones importantes, los tiempos posoperatorios se acortan en forma considerable, al igual que el riesgo de posibles complicaciones. Después de muchos años de investigación hice los primeros casos clínicos en 1990 en Buenos Aires, y en 1992, los primeros en Estados Unidos y Europa.

-Y esta técnica revolucionaria ¿fue bien aceptada por la comunidad médico-científica?

-Llevó tiempo, pero finalmente fue aceptada y con ello vinieron los reconocimientos, tanto fue así que a raíz de ésto me hicieron miembro de honor del Colegio Americano de Cirugía y me dieron el premio a la innovación. En Europa me dieron la distinción más importante de la Cirugía Vascular, que es el premio René Leriche. Las distinciones importan, pero lo que más lo hace es ver cuantos pacientes se benefician diariamente con este nuevo método.

-¿Cómo y por qué decidió trabajar en Fleni?

-Llegué a Fleni buscando un lugar como éste, sin fines de lucro y un nivel de excelencia comparable con los mejores lugares del mundo, un poco cansado de una serie de inconvenientes que tuve en otros lugares. Y este es un espacio donde todo se invierte en la institución y se cuenta con todos los recursos necesarios; además la existencia de la fundación permite tratar pacientes sin recursos.