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Nadie acató la orden de esalojo del juez y ayer se sumaron estudiantes

Las versiones contribuyeron a empeorar el clima

NEUQUEN (AN)- A la 1 de la mañana de ayer, el juez federal Guillermo Labate llegó al piquete de la ruta 22 en Senillosa. Se encontró allí con el ministro de Desarrollo Social, Jorge Lara, quien le trazó un cuadro complicado. "Entre los manifestantes hay un grupo de gente que nada tiene que ver con los docentes", le dijo el funcionario. "La Policía detectó que llegaron en colectivos despachados desde Cutral Co por el candidato a vicegobernador Ramón Rioseco. Es muy probable que estén armados"... deslizó.

La conversación tuvo lugar a un costado de la ruta, en medio de la oscuridad, a "tiro de gomera" de los manifestantes. Fue relatada a "Río Negro" por una fuente del gobierno y otra judicial. La versión de que grupos ajenos a los docentes se sumó a los piquetes para reforzarlos y, eventualmente, resistir un intento de desalojo, rebotó en varios ámbitos pero nadie la confirmó oficialmente. Igual, ayudó a enrarecer el clima de por sí espeso. Y no fue la única que circuló, alimentada por la ansiedad que implica un conflicto agotador, y con las elecciones a la vista

Por estas horas, el juez Labate está solo. Pidió al gobierno federal que le envíe tropas para despejar las rutas cortadas, y la administración Kirchner le contestó que la represión no está incluida en su diccionario político Pidió a la Policía provincial que actúe, y le dijeron que en los piquetes hay mayoría de mujeres y niños por lo que no están dadas las condiciones para una intervención violenta.

El juez les inició una causa penal a los funcionarios que tienen poder político sobre las fuerzas de seguridad, nacionales y provinciales. Presume que no cumplen sus órdenes porque cada cual atiende su juego, y nadie quiere ser responsable de una represión cuyas consecuencias nadie puede prever.

En medio de este cuadro, las versiones son las únicas que corren con libertad. La presencia de grupos violentos mezclados con los docentes, que responderían a los candidatos del PJ, fue una de ellas. Surgió del gobierno. Según pudo averiguar "Río Negro", Labate les preguntó a los docentes que cortan en Senillosa si están desbordados por individuos ajenos al gremio. "Tenemos diferencias con algunos compañeros", fue la cautelosa respuesta que, dicen, recibió el juez.

Una variante de esa versión indica que detrás del paro y corte de ATEN está la mano del peronismo, y que su fin último es impedir las elecciones del domingo. ¿Acaso quieren repetir la jugada de Barrionuevo en Catamarca, repudiada desde todos los sectores? ¿O será que al oficialismo le conviene agitar ese fantasma para refregárselo por la cara de la oposición si triunfa el domingo en las urnas?

La tercera variante de esa versión es que si la situación continúa hasta el domingo, las elecciones podrían ser impugnadas y hasta se podría desembocar en una intervención federal de la provincia. Le caben las mismas preguntas que a la anterior. ¿A quién le conviene ese escenario?

Pero en el gobierno insisten en que en los piquetes hay gente armada y aunque insinúan como muy probable que el desalojo se concretará antes de que comience la veda electoral, advierten que "no queremos que esto termine con otra Teresa Rodríguez".

Lo concreto es que menos de 300 personas sobre puntos estratégicos de las rutas tienen estrangulada a la provincia. Ni el poder político, ni la justicia, ni la policía ni el gremio han sabido o querido resolver el conflicto. Mientras tanto, la gente de a pie sigue, cruzando sobre el asfalto.

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