Martes 23 de setiembre de 2003

Clínicas al límite y derivaciones en riesgo en Roca

La situación es complicada y alcanzó su punto crítico diez días atrás, cuando el hospital y las dos clínicas desbordaron su capacidad en terapia intensiva. Temen no poder dar respuestas.

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Mucha gente, de distintas edades, colma por estos días las clínicas y el hospital de Roca.

ROCA (AR).- El colapso de las salas de internación no es exclusividad de los hospitales públicos en el Alto Valle. Los dos nosocomios privados de Roca, que realizan un gran porcentaje de las atenciones de alta complejidad necesarias en la región, reconocieron ayer que están trabajando al límite de su capacidad.

Las derivaciones desde Salud Pública tienen mucho que ver en esta realidad, que llegó a su punto más crítico hace diez días, cuando las 26 camas de terapia intensiva para adultos del "Francisco López Lima", la Clínica Roca y el Sanatorio Juan XXIII estuvieron ocupadas. "Si ocurría un accidente grave, en la ciudad no había capacidad de respuesta", aseguró una de las fuentes consultadas por este diario.

La crisis que atraviesa el sistema de salud en lo referido a internaciones fue admitida públicamente el viernes pasado por los directores de los hospitales de la Primera Zona Sanitaria Este, luego de una reunión realizada en Allen.

Los profesionales coincidieron en remarcar que desde hace unos meses enfrentan un pico en el porcentaje de camas ocupadas, que sumado a la ausencia de recursos para solucionar patologías complejas deriva inevitablemente en traslados a centros privados.

Ocurre que en estos dos nosocomios confluyen los pacientes de Salud Pública, los afiliados de obras sociales con convenios vigentes y aquellos vecinos que sólo encuentran en Roca la tecnología inexistente en clínicas de su ciudad.

"Las cifras son variables, pero estamos trabajando casi a cama completa. Hoy estamos entre un 90 y un 95 por ciento de ocupación, pero semanas atrás tuvimos que rechazar derivaciones desde Salud Pública por falta de espacio", comentó Carlos Pochat, directivo del Juan XXIII.

El sanatorio de la calle Buenos Aires cuenta con 45 camas en la sala de internación común, 13 en terapia para adultos, 10 en terapia pediátrica y 15 en terapia neonatal.

Pochat ubicó a la terapia para adultos y la neonatal como los principales puntos de conflicto por la incesante demanda.

Por su parte, Eduardo Chaina indicó que en la Clínica Roca e panorama muestra hoy a un 70 por ciento de los espacios de internación ocupados, aunque destacó que las cifras varían constantemente y en un par de días todo puede volver a lo mismo que semanas atrás, cuando casi no había camas disponibles.

La clínica posee en Mitre y Chacabuco una sala de internación común con 40 camas, mientras que la unidad de terapia intensiva cuenta con 8 lugares más. En tanto, el centro materno infantil de la calle Irigoyen tiene capacidad para 20 mujeres, además de contar con 8 incubadoras y 4 camas en terapia infantil.

Chaina fue escéptico a la hora de buscar soluciones a través de la infraestructura, porque "crear una unidad de terapia intensiva es algo casi imposible para estos tiempos, porque los aparatos tienen un costo de varios miles de dólares".

La directora del hospital roquense, Cristina Uría, indicó que los orígenes de este escenario extremo son diversos, pero destacó entre los más relevantes a una persistencia en las patologías respiratorias pasado el invierno y -por otra parte- la "resistencia" de los padres, que priorizan la atención médicos de sus hijos hasta que su situación personal se hace insostenible. "Cuando van al médico el cuadro es tan grave que el 90 por ciento termina internado", indicó (ver aparte).

Uría sostuvo que actualmente la crisis está controlada, a partir de un esquema de "camas zonales" implementado entre todos los hospitales del Alto Valle.

Reconoció que el sistema genera malestar a la familias de los pacientes, porque prevé el traslado hacia otras ciudades de los enfermos menos graves, con el objetivo de descomprimir el "López Lima", que es el centro de mayor complejidad de la zona.

Los adultos resisten hasta que es demasiado tarde

Que los hospitales públicos hayan llegado al límite de sus posibilidades de internación es producto de una suma de factores. Las autoridades sanitarias enumeran a la ausencia de infraestructura y recursos humanos tanto como la mayor gravedad en los cuadros de quienes llegan a las guardias. Y en su análisis no pueden obviar la incidencia de la crisis socioeconómica que hace estragos desde la década del '90 "La gente se enferma más y peor. Por la falta de dinero y cobertura de las obras sociales, los adultos priorizan la atención de sus hijos y postergan la visita al médico por sus dolencias. Entonces recién vienen cuando no resisten más y a esa altura es casi imposible evitar la internación porque a la enfermedad inicial se le sumaron otras afecciones", sostuvo la directora del nosocomio roquense, Cristina Uría.

Según la profesional, otro aspecto que incidió en la saturación de las salas de internación en los últimos días tiene que ver con la vigencia en alza de las patologías respiratorias, más allá de que terminó el invierno y las temperaturas aumentan paulatinamente.

La capacidad del hospital

 El "Francisco López Lima" tiene dividido el sector de internación en diferentes salas: Cuidados Intermedios (con 28 camas), Terapia Intensiva (5); Unidad de Vigilancia Intensiva (7), Tocoginecología (17), Cuidados Mínimos de Mujeres (15), Pediatría (24) y Neonatología (33).

La directora del nosocomio explicó que el exceso de demanda complicó especialmente en los últimos días a la terapia intensiva y pediátrica, no sólo en lo referido a capacidad física sino también por la complejidad de algunos casos. "Eso hizo necesarias las derivaciones hacia las clínicas y así fue como la ciudad llegó a quedar sin posibilidad de responder a más demandas en terapia intensiva", acotó.

Por ser un hospital de máxima complejidad, al hospital de Roca llegan los pacientes de Salud Pública con más complicaciones que previamente buscaron una solución en los centros de ciudades vecinas.

Ante la escasa posibilidad de respuesta de la Unidad de Terapia Intensiva, meses atrás se creó la Unidad de Vigilancia Intensiva, que ayudó a descomprimir la situación, de acuerdo a la palabra de Uría.

Ahora todos esperan la finalización de las obras de remodelación y ampliación del "López Lima", que sumará camas al espacio destinado a atender los casos más graves que se presentan. (AR)

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