La vida tiene precio, muy barato, en la selva brasileña

SAO PAULO (AFP) - La vida cuesta 35 dólares en el Estado de Pará, al norte de Brasil, donde los conflictos de las madereras y de la tierra se saldaron hace una semana con la muerte de ocho trabajadores rurales, y casi 30 en lo que va de año, indicó la prensa ayer. El área más caliente es la de Sao Felix do Xingú, del sur de Pará, donde se han identificado tres grupos de pistoleros (matadores profesionales), que actúan al mando de hacendados y delincuentes vinculados al narcotráfico, la extracción ilegal de madera (especialmente la valiosa caoba) y el trabajo forzado, señala un reportaje divulgado en el diario O Estado. Un asesinato puede costar 100 reales, unos 35 dólares, aunque los precios varían conforme al poder adquisitivo del mandante y la importancia de la víctima. "De acuerdo con la necesidad, los mandantes o grupos aumentan o disminuyen de tamaño", explica el comisario José Alcantara Neves, de la División de Conflictos Agrarios. "Todos saben quiénes son los asesinos y los mandantes, pero nadie puede hablar" por miedo, señala una autoridad local que pidió el anonimato. En los primeros ocho meses de 2003, bajo el gobierno del presidente Luiz Lula da Silva, 47 personas fueron asesinadas en conflictos agrarios en Brasil, según el Movimiento de los sin Tierra. De 1988 a 2003, 1.671 personas murieron en este tipo de conflicto, 23% de las cuales en Pará. La violencia rural y las ejecuciones a manos de pistoleros ocupan un capítulo del informe Ejecuciones Sumarias divulgado hace una semana por la organización Justicia Global.

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