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Kirchner se juega su poder político en Buenos Aires y Capital

Macri e Ibarra llegan cabeza a cabeza al ballottage. El presidente tiene mucho en disputa en la Ciudad. Solá ganaría y el PJ sumaría varios diputados.

Buenos Aires se prepara para un ballottage muy esperado.

El gobierno de Néstor Kirchner enfrentará hoy su jornada política más importante hasta ahora y la que definirá en gran parte el futuro de su gestión. De los cinco distritos en los que se votará, dos reúnen el grueso del electorado nacional y ponen en juego el poder del presidente peronista.

En la Capital Federal el candidato de Kirchner, Aníbal Ibarra, enfrentará en la segunda vuelta o ballotage, al hombre que se puede convertir en el principal rival político del presidente si gana la jefatura de Gobierno de Buenos Aires: Mauricio Macri.

En provincia de Buenos Aires se descarta un triunfo del peronista Felipe Solá, sobre sus dos principales rivales en las encuestas, el ex militar Aldo Rico y el ex comisario Alberto Patti. Pero aquí entra en juego otra aspecto de la elección: la lista de diputados nacionales está plagada de hombres impuestos por el ex presidente Eduardo Duhalde, entre los que se destacan los ex ministros Carlos Ruckauf y Graciela Camaño, muy resistidos por Kirchner, pero a los que no pudo desplazar por oposición de Duhalde También se votará en Jujuy, Chaco y Santa Cruz.

Desde las figuras de Solá y Ibarra, es de donde el presidente aspira sentar las bases de un "movimiento transversal progresista".

Al mismo tiempo, y en un plazo más cercano, de esos comicios depende también el nivel de gobernabilidad de la actual gestión nacional ya que un resultado adverso podría limar su sustento político, hoy sólo asentado en el nivel de popularidad del propio jefe del Estado En efecto, Kirchner llegó a la presidencia con el apoyo de un sector del dividido peronismo y sin oportunidad de mejorar en el ballottage el porcentaje de votos de la primera vuelta. Por esa razón, necesita revalidar su poder a través de gobernadores afines a su proyecto y en especial en distritos de tanta importancia.

Al mismo tiempo, aunque no tenga un bloque numéricamente importante, este respaldo le facilitará tener en el Congreso un grupo de legisladores proclives a apoyar las iniciativas del oficialismo. En este marco, aunque la reelección de Solá como gobernador bonaerense no es un tema que desvele a la Casa Rosada ya que las encuestas lo dan muy bien posicionado, la situación de Ibarra es muy diferente Kirchner y su gabinete se jugaron a fondo por la reelección del jefe de Gobierno porteño y hubo directos gestos de respaldo y hasta participación de ministros en actos de campaña porque ven en Ibarra a un extrapartidario perfecto para encarnar desde afuera del peronismo a ese "movimiento transversal progresista".

Al mismo tiempo, los comicios porteños se transformaron en el ejemplo más claro de la impronta política que el presidente impulsa: la diferencia entre el modelo del pasado, que según sostienen es encarnado por Mauricio Macri, y el del futuro, por Ibarra La Rosada entonces sintió el impacto del revés electoral del jefe de Gobierno en la primera vuelta y ahora que los sondeos colocan a ambos candidatos muy parejos de cara al ballottage, sube el nivel de preocupación Para Kirchner, el triunfo de Ibarra será su triunfo y el de su proyecto político. Por el contrario, la victoria de Macri significará enfrentar un desgaste político apenas a días de haber festejado la firma de un acuerdo con el FMI que le dio respiro financiero y elevó su nivel de credibilidad.

En forma paralela, el tema del respaldo en el Congreso también desvela al presidente: mientras los diputados por la ciudad autónoma que asumirán el 10 de diciembre son menos de los que esperaba, en la provincia la tendencia puede cambiar. Sin embargo, una gran mayoría de esos legisladores responderán a Eduardo Duhalde, hoy un aliado del gobierno nacional, pero sin garantías de sostener esa pertenencia a futuro. En este marco entonces, Kirchner se juega mañana la base de sustentación política de su gobierno y el armado a mediano plazo de un movimiento que le permita pensar más allá de los cuatro años de gestión (Redacción Central/DyN)

Un triunfo contundente del PJ en las elecciones bonaerenses transformarían a Eduardo Duhalde en el dirigente con mayor poder dentro de la Cámara Baja, con unos 40 diputados. La principal provincia argentina pone en juego 35 bancas de la Cámara de Diputados. Duhalde, confiado en los vaticinios de las encuestas, aseguró que las elecciones permitirán al PJ quedarse con una veintena de cargos en disputa Si los pronósticos se concretan, el PJ bonaerense podría contar con 40 diputados propios, un número que dejaría a Duhalde con el control directo de un tercio de la bancada.

El resultado también ofrecerán una segunda lectura sobre los contrapesos internos del Justicialismo, cuando se sepa si el corte de boleta marcó diferencias entre los votos conseguidos por Felipe Solá como gobernador y la lista de diputados encabezada por Hilda Duhalde. Si el gobernador aventaja a la nómina de legisladores reduciría el impacto del triunfo duhaldista y conseguiría margen como para construir un espacio propio en el partido (DyN)

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