Sobisch fue a buscar votos a Cipolletti

Encabezó un acto en la Asociación Española. En la ciudad rionegrina viven 8.000 neuquinos.

Al candidato a gobernador del MPN le costó llenar las instalaciones de la Asociación Española de la ciudad rionegrina.

CIPOLLETTI (AC).- Jorge Sobisch inició ayer en tierras rionegrinas su lanzamiento fuera de la provincia de Neuquén. Lo hizo en un acto organizado en un salón de Cipolletti, que le sirvió también para pedir los votos de las miles de personas que viven aquí pero están empadronadas del otro lado del río.

Al MPN le costó llenar el salón de la Asociación Española con capacidad para 600 personas pero para cuando Sobisch tomó el micrófono el sitio ya estaba con muy pocas sillas vacías y algunas personas de pie.

Fue importante el aporte de funcionarios de todos los niveles de Neuquén y empleados estatales cercanos al poder.

No quedó claro si hubo colaboración del MPP rionegrino, pero sus principales dirigentes locales sí asistieron, encabezados por un Julio Salto especialmente reconocido por Sobisch en su discurso.

Antes del gobernador, habló el concejal y candidato a vicegobernador, Federico Brollo, que no despertó muchas sonrisas cuando, en tren de ganarse al auditorio, recordó aquello que se dice de Cipolletti: que es "el dormitorio de Neuquén".

Movidos por las restricciones laborales, educativas y sanitarias que el gobierno neuquino le pone a los que viven en otras jurisdicciones, unos 8.000 cipoleños tiene domicilio en Neuquén y están en condiciones de votar en las elecciones del 28 de septiembre.

Esos son los apoyos que el neuquino vino a buscar a una ciudad que -dijo- no le es extraña porque en Cipolletti tuvo uno de sus primeros empleos, según contó el propio Sobisch en su discurso.

El candidato del MPN habló de integración y regionalización, intercalando comentarios íntimos y amenos para un auditorio que prefirió escucharlo sin demasiadas interrupciones, y hacia el final anunció: "estoy proyectándome acá para diseñar una propuesta política que está más allá de la provincia de Neuquén".

Diputados, concejales, funcionarios del Poder Ejecutivo y empleados estatales fueron llegando temprano al salón, ubicado en pleno centro cipoleño.

Como si hubiera estado planeado, Sobisch no habló desde la tarima preparada para los oradores, sino que tomó el micrófono y caminó por el pasillo central del salón, entre la gente. Dos cámaras de televisión lo seguían y proyectaban su imagen en sendas pantallas enormes, dentro de un salón repleto de carteles del MPN.

Por la tarde, los mismos carteles tapizaron las paredes del centro de Cipolletti, que terminó hace diez días su campaña electoral.

En determinado momento, en ese ir y venir por el pasillo, lo vio a Julio Salto, detuvo su discurso, le dio la mano, luego un beso, y le dijo: "¿cómo le va, amigo? Gracias por venir".Hace dos semanas, fue Salto el que cruzó el río y se reunió con el intendente de El Chañar, Leandro Bertoya.

Sobisch habló del puente que cruza el río Neuquén a la altura de Centenario, concesionado durante su primer gobierno, como una muestra de integración. "Me parece que tengo muchos votos ahora en Cinco Saltos", se rió.

El anuncio de su proyección por fuera de Neuquén le dio pie para criticar a los candidatos nacionales que -dijo- se la pasan en las pantallas de televisión de Buenos Aires. "No construimos un polo de poder desde el interior", dijo. Habló entonces de la necesidad de armar una opción desde las provincias para el país.