Jueves 18 de setiembre de 2003
 

Israel expulsa a trabajadores extranjeros

 

Por Iova Cohen

  Israel está organizando una campaña para expulsar a decenas de miles de trabajadores extranjeros ilegales, en un momento en que el país encara su tercer año de recesión en medio del deterioro mundial de la economía y la revuelta palestina por su independencia.
La televisión israelí transmitió imágenes de una redada policial en una casa en un exclusivo suburbio de Tel Aviv, en la que policías registraron debajo de las camas y dentro de los armarios hasta hallar lo que buscaban: una aterrada y llorosa empleada doméstica filipina. Mientras la policía conducía a la trabajadora ilegal, que ahora enfrenta la deportación, hacia el exterior de la casa, la mujer gritaba que en su hogar israelí la esperaba su hija.
Su empleador encara una multa de 2.200 dólares. Funcionarios del gobierno dijeron que las deportaciones aliviarían la situación del desempleo en Israel, cuya cifra es del 10,6% en la actualidad.
Sin embargo, la medida ha desatado un debate público acerca de si los israelíes aceptarán empleos mal remunerados. Nadie sabe cuántos trabajadores extranjeros existen en Israel, pero el gobierno cree que hay alrededor de 300.000, de los que sólo 100.000 tienen permisos de trabajo. En un inicio, el gobierno recibió a los trabajadores extranjeros con los brazos abiertos y los palestinos consideraron las oportunidades de empleo en Israel como una alternativa.
No obstante el ministro de Finanzas, Benjamin Netanyahu, calificó a los extranjeros como un “cáncer”, mientras que el ministro del Trabajo, Comercio e Industria, Ehud Olmert, expresó: “El daño que los trabajadores extranjeros han causado a la economía de Israel es mayor que cualquier otro”.
Asimismo, los anuncios gubernamentales advierten sobre las consecuencias de emplear a trabajadores ilegales.
Según la Dirección de Inmigración (DI) de Israel, una división de la policía, desde el comienzo de este año se han marchado uno 60.000 trabajadores ilegales, incluidos 17.000 que fueron deportados. “Nuestra meta para final de año es que se vayan 80.000”, dijo el portavoz de la DI, Rafi Yaffa. (Reuters)
     
     
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