Miércoles 10 de setiembre de 2003
 

Las capitales neuquinas

 

Por Héctor Pérez Morando

  Casi inmediatamente a la ley 1.532 del 16 de octubre de 1884 que fijó límites a los territorios nacionales y otros aspectos para su desenvolvimiento, por decreto del 25 de noviembre de aquel año se designó al cnel. Manuel José Olascoaga primer gobernador del territorio neuquino (en comisión por receso del Congreso).
Quien fue secretario de Roca en la campaña de 1879 afinó los preparativos para tomar el cargo y como primera medida se aprobó la división del territorio en cinco departamentos, decreto del 12/12/1884, según indicación de Olascoaga: “Proponiendo la subdivisión del territorio que considero más apropiada, para facilitar la mejor administración y el más rápido desarrollo de la población”.
Se designó capital del territorio a Campana Mahuida (después Loncopué), ubicada dentro del departamento primero con estos límites: “Del primero, en que está la capital del territorio, por el Norte y Naciente, la línea que forma el curso de los ríos Ringui Leuvú y Neuquén; por el Sud la línea de cerros que desde el Neuquén divide las cuencas de este río y Limay, y continuando por la margen derecha del río Covunco hasta su nacimiento y la Cordillera de Huaidof hasta tocar la de los Andes, entre el volcán de Lonquimay y la laguna de Aluminé; por el poniente la expresada Cordillera de los Andes”. (sic).
El mendocino Olascoaga, que bien conocía topográficamente el territorio asignado para gobernar, se embarcó en vapor con personal y elementos en abril de 1885 y el puerto fluvial-marítimo de Carmen de Patagones los recibió como inicio del largo viaje terrestre.
Bien provisto, hasta un piano y la imprenta (prensa) que había adquirido a Ostwald por cuenta propia. También viajó un grupo de alemanes con el propósito de formar una colonia, los que finalmente desistieron ante la demora en iniciar el traslado terrestre. La tardanza fue producto de varios inconvenientes, uno de ellos la bajante del río Negro que impedía la navegación del vaporcito “Limay” para llegar a Fuerte Roca o la Confluencia.
Y comenzaron las inquietudes y quejas: “No sólo es el motivo de la inactividad perjudicial, en que tanto el gobernador como los demás empleados se encuentran paralizados en una localidad donde no tienen jurisdicción ni medios de aplicar sus servicios al objeto a que el Excmo. Gobierno los ha destinado, sino también los gastos improductivos de mantención y alojamiento que allí se están haciendo”. (Carta del 27/8/1885 al ministro del Interior).
En la larga exposición da cuenta de varios aspectos positivos del Neuquén: “La población actual del territorio del Neuquén no baja ya de catorce mil almas y que estoy patentizando un gran movimiento inmigratorio” y además hace una estimación del monto necesario “para ponernos inmediatamente en marcha y en condiciones de principiar a producir, es por una sola vez y no escesivo” (sic) y lo destinaría para flete de “seis mil arrobas de carga (comprendido el material telegráfico y equipaje de la colonia alemana) desde Patagones a Paso de los Indios” y además para la compra de “sesenta bueyes para los diez carros de la gobernación, con yugo, coyundas, etc.”, más apertura del camino Paso de los Indios a Campana Mahuida y “la provisión de tres meses a un personal de 150 personas (empleados, colonos y peones).
Además de gobernador en acción, Olascoaga obraría como técnico vial bien aplicados sus conocimientos geo-topográficos. Casi un año duró la espera y Olascoaga gobernaba su territorio neuquino desde otra jurisdicción.
Finalmente, el 10 de marzo de 1886 la tropa de carros inició la marcha y algo más de un mes después estaban en el Fuerte Roca.
En junio llegaron a Codihue y desde allí comunicó a la superioridad: “Aquí fijará el asiento de su gobierno hasta que pase el invierno, pues en Campana Mahuida no hay posibilidad de hacerlo debido a los intensos fríos y a la precariedad en que se encontraban los viajeros”.
Desde “Campamento en el fortín Covunco” el 11/6/1886 envió nota a su cuñado ministro del Interior, Bernardo de Irigoyen, diciéndole que “la gobernación con los escasos elementos propios ha vencido todos los contrastes y está próxima a instalarse en un paraje cercano al determinado por el Exmo. Gobierno para su asiento definitivo… Es así que ha elegido la población de Codihue para asiento de la Gobernación hasta la primavera próxima…”. El fuerte del lugar, con buenos pastos tenía guarnición militar, familias y algún comerciante. Y Olascoaga comenzó a gobernar el territorio desde Codihue: el 23/6/1886 nombró administrador de Correos a Florencio Olivares y en la misma fecha juez de Paz del Departamento 1º a Teófilo Tejera y también produjo otros nombramientos, como comisario de Distrito y de Codihue.
¿Por qué Olascoaga iba dejando de lado a la designada capital Campana Mahuida? Es posible que factores geográficos y climáticos obraran en contrario. Y llegó otra mudanza. Olascoaga, con su andante gobernación, siguió para el norte.
El campamento Ñorquín será el nuevo asiento provisorio antes de la decisión por “corral amarillo”. Pasó de largo por Campana Mahuida y a fines de agosto de 1886 estaba en el conocido campamento militar Ñorquín, asiento de la 1a. Brigada de la 2a. División del Ejército y cuya mensura y trazado estuviera a cargo del ingeniero Alberto Seidler. Ranchos de adobe y chorizo, pero con propósito de pueblo. ¿Motivo del cambio? Parece que los pocos pobladores y uniformados de Codihue se habían trasladado al otro acantonamiento militar.
Olascoaga y su gobernación andante estuvieron cerca de un año en la nueva sede provisoria y por supuesto gobernando a su manera: “Organiza las demás jurisdicciones; y en diciembre del mismo año 1886 -antecedente notable- se hace ya allí la primera elección en el territorio para constituir el concejo municipal en el distrito de Ñorquín, donde el censo arrojó más de mil habitantes. El escrutinio consagra a los concejales Vicente Bono (elegido presidente), Eusebio de Castro, Guillermo Grigor, José Balestra y Antonio Della Chá”. (Edelman, A. 1954).
El ex jefe de la Oficina Topográfica Militar y de la sección de Ingenieros Militares del Estado Mayor va en busca de nuevo y mejor asentamiento para “su” gobernación.
En julio de 1887, Olascoaga comunicó al jefe de la 2a. Brigada de la División Río Negro “que el lunes 25 de ese mes emprenderá la marcha, con la mayoría de los empleados a sus órdenes, en dirección a la costa norte del río Neuquén, entre el antiguo fuerte IV División, ahora Tilhue, con el propósito de practicar sobre el terreno los trabajos necesarios para la fundación de un nuevo pueblo”. (Edelman, idem.). Olascoaga tramitó el cambio capitalino y por eso el presidente Juárez Celman y el ministro Wilde por decreto del 14 de mayo de 1888 resolvieron: “Artículo 1º - Desígnase para establecimiento de la Gobernación del Neuquén el lote número ocho, fracción D, sección XXX de ese territorio en el que está comprendido el paraje denominado Chos Malal, en sustitución de la población de Campana Mahuida señalada con el mismo objeto en el artículo 3º del Decreto 12 de diciembre de 1884 que queda modificado en esa parte”. (sic) Pero ocurría que las 10.000 hectáreas del citado lote habían sido adjudicadas a Lucio V. Mansilla por ley Nº 11 del 25/10/1887 y para compensarlo, a manera de indemnización, por el artículo 3º del mismo decreto se le acordó “el derecho de ubicar en otro punto de los Territorios Nacionales que se encuentre libre, veinte mil hectáreas de terreno, en reemplazo de las diez mil que debe ceder”.
Ignoramos cuál fue el resultado de dicho “cambio” para el autor de “Una excursión a los indios ranqueles” o sus sucesores, pero el escribano de gobierno José Camiña Torres en escritura del 25 de mayo de 1889 expresaría: “Por orden de S.S. el señor Gobernador Coronel D. Manuel J. Olascoaga formuló y registró la presente acta de fundación de un pueblo, acontecimiento que tuvo lugar el día cuatro de agosto del año mil ochocientos ochenta y siete a las cuatro p.m. fecha y hora en que S.S. el gobernador tomó posesión de la localidad… con la intención expresada que le fue comunicada al Superior Gobierno, pidiéndole a la vez se declarara esta localidad, Capital definitiva del Territorio, como se hizo y estableció por decreto… En consecuencia se dio por fundado este pueblo y se declara Capital del Territorio del Neuquén”. (sic.) Buen número de empleados de la gobernación encabezados por Francisco Albert firmaron el acta fundadora.
Pero como es sabido, la capital en el norte neuquino no duró mucho tiempo. Pasaron varios años y gobernadores, hasta que el cordobés Carlos Bouquet Roldán produjo la mudanza definitiva a la Confluencia del Limay-Neuquén y nacimiento del río Negro.
Omitimos la relación por ser muy conocido el traslado que estuvo a cargo del secretario de la gobernación, el colombiano doctor Eduardo Talero. La inauguración de la nueva capital se produjo el 12 de setiembre de 1904, con la presencia del ministro del Interior, Dr. Joaquín V. González y del gobernador del Río Negro Eugenio Tello. Hubo otros intentos no oficiales de emplazar la capital en Las Lajas y Zapala, pero no pasaron de eso y hoy Neuquén capital va camino al centenario, el próximo año.

Bibliografía principal: Alvarez, G. Neuquén, 1988. Varios, Neuquén, un siglo de historia, 1983. Neuquén, 75 años de capitalidad, 1979. Raone, J. M. Fortines, 1969. Ríos, C. A. Gobernadores y Reseña, 1980. Pérez Morando, H. Varios. Bandieri, S. y otros. Historia de Neuquén, 1993. Diarios de Sesiones Congreso de la Nación. Edelman, A. Recuerdos, 1954. Sistema Provincial de Archivos y Biblioteca Patagónica, varios y otros.
     
     
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