Jueves 4 de setiembre de 2003
 

Kim Jong II mantiene en
vilo al mundo

 

Por Dirk Godder

  El hecho de que la Asamblea Suprema del Pueblo (parlamento) de Corea del Norte confirmara a su “querido líder” Kim Jong Il una vez más en el puesto más alto del Estado fue un hecho meramente formal.
Los medios estatales informaron sin embargo de que la reelección del hombre fuerte del país como presidente de la Comisión de Defensa Nacional, el principal cargo en el gobierno, provocó muestras espontáneas de alegría en todo el país: las calles estaban decoradas con banderas y flores, unas bandas comenzaron a tocar y mujeres y niños cantaron loas a Kim.
Esto es una muestra más del inquebrantable culto a la persona que se da en este empobrecido país, una cosa más, además del poder estatal, que Kim heredó de su padre y “eterno presidente” Kim Il Sung a la muerte de éste en 1994.
La reelección de Kim como jefe de Estado de facto apoya además la afirmación de los expertos de que sigue manteniendo firmemente las riendas del poder.
Cuestionable queda sin embargo si su reelección abrirá una nueva era para las relaciones con la superpotencia Estados Unidos, o si implicará nuevas reformas en este país marcado por el subdesarrollo, la pobreza y crisis crónicas de abastecimiento.
Al igual que las verdaderas relaciones de poder en Pyongyang son inescrutables, la política de Kim Jong Il también es muy oscura. El hombre fuerte del país, considerado en el extranjero como un excéntrico y un amante de las películas de Hollywood, ha desafiado abiertamente a Estados Unidos, un país totalmente ocupado en estos momentos con las consecuencias de la guerra de Irak.
El controvertido programa nuclear norcoreano no está considerado tan sólo el principal riesgo para la seguridad de la región asiática, sino que el conflicto surgido mantiene en vilo a todo el mundo. Expertos en Corea como el ex presidente estadounidense y Premio Nobel de la Paz Jimmy Carter ya han advertido de los peligros que implicaría una guerra entre Estados Unidos y Corea del Norte. Con su política de alto riesgo, en la disputa nuclear Kim obligó a Washington a pedir a la comunidad internacional que aumente la presión sobre el régimen norcoreano.
El próximo as en la manga de Kim en este “póquer atómico” es una posible prueba nuclear. Funcionarios norteamericanos aseguran que Pyongyang ya ha hecho indicaciones en este sentido. Se desconoce si con las amenazas de Kim, el hombre fuerte norcoreano quiere lograr más concesiones de Estados Unidos o si de verdad está dispuesto a desmontar su arsenal nuclear.
Las organizaciones humanitarias advierten entre tanto que con la agudización de la crisis la situación humanitaria de los norcoreanos volverá a empeorar. Pese al aumento de las raciones alimenticias de este año, el abastecimiento sigue siendo crítico.
Por ello, muchos ven a Kim en una disyuntiva: o aprueba congelar su programa nuclear y vuelve a allanar el camino a la ayuda económica internacional, o sigue insistiendo en su postura, la de poder desarrollar armas nucleares, arriesgándose así a que su país quede aislado. (DPA)
     
     
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