Condenados por dañar una tumba en Jacobacci

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La Cámara Primera condenó a tres meses de prisión en suspenso, les obligó a pagar 500 pesos por los daños ocasionados, y les impuso pautas de conducta por dos años a dos jóvenes que dañaron una tumba y el féretro en un cementerio privado ubicado en un campo cercano a Ingeniero Jacobacci Pese a que uno de los imputados mantenía un litigio con los familiares de la persona cuyo cadáver fue ultrajado, a juicio de un testigo, el motivo del ultraje habría sido el robo de efectos de valor con los que habría sido sepultado.

Los imputados en esta causa por daño calificado son José Luis Alfredo Abi Saad y Marcos Parra, de 26 y 28 años respectivamente, domiciliados en Jacobacci. El fiscal Gerardo Balog les imputa que el 22 de abril de 2000, alrededor de la 15, se presentaron en el cementerio ubicado en el paraje Quetriquile, en el campo que ocupa la familia Abi Saad y en el que se encuentran los familiares de Miguel Nelson Casiano, y valiéndose de un pico y una pala destrozaron el mármol que cubría la tumba de Valentín Casiano, removieron la sepultura y dañaron su ataud.

Una vez que escuchó los testimonios y valoró la prueba ofrecida, el fiscal Carlos López consideró acreditado los hechos y pidió para los imputados 6 meses de prisión en suspenso y la imposición de dos años de pautas especiales de conducta El defensor, en cambio solicitó la absolución de los imputados, basando su alegato en el derecho de propiedad, que en este caso está siendo discutido, porque la familia Abi Saad reclama la propiedad de la tierra que reivindica como propia Casiano.

Miguel Casiano denunció que los imputados habían removido la tumba que contenía los restos de su abuelo Agustín. Sus dichos fueron corroborados por un testigo.

Hubo otros testigos que involucraron a los acusados en el hecho investigado, y que señalaron que los trozos del mármol destruido habían sido colocados nuevamente sobre la tumba de Agustín Casiano Después de hacer una interesante descripción de la "propiedad sui-géneris" que constituyen los sepulcros, el juez Alejandro Ramos Mejía propició la condena para los imputados, a la que adhirieron sus colegas Alfonso Pavone y Marcelo Barrutia.