Un año de prisión en suspenso por falso testimonio

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB)- Un joven que con su falsa declaración inicial y las ratificaciones posteriores ante un juez de instrucción posibilitó el inicio de un juicio por homicidio culposo contra una persona inocente fue condenado a un año de prisión en suspenso por la Cámara Segunda del Crimen.

La pena que prevé la norma para quien afirma una false-dad en una causa criminal y en perjuicio del inculpado puede llegar hasta los 10 años de prisión, pero los magistrados decidieron aplicarle el mínimo a Diego Alejandro Garnica, de 26 años, en atención a su falta de antecedentes, al buen concepto vecinal de que goza, y a su recapacitación antes de que el mayor desarrollo de la causa incrementara el perjuicio.

Pese a que son innumerables los testigos que concurren a los tribunales para mentir en favor o en contra de un imputado, muy rara vez los jueces imponen pena por estos procederes, que pueden desvirtuar la administración de justicia.

La causa se originó en un episodio ocurrido durante la madrugada del 19 de enero de 1998 en la discoteca "Moritz", cuando Raúl Omar Sotera murió en forma casi instantánea al caer al vacío desde la baranda del primer piso de la construcción. Cinco días después, Garnica se presentó en la comisaría Segunda a prestar declaración, y bajo juramento de decir verdad mintió al afirmar que Patricio Argentino Cárcamo le había aplicado un empujón a Sotera, mientras forcejeaba con Sebastián Fernández, y que había alcanzado a ver cómo se le iba el cuerpo para atrás y caía al vacío Esos testimonios los repitió ante el juez de Instrucción el 26 de agosto y el 2 de noviembre de 1998, dando lugar al proceso por homicidio culposo contra Cárcamo, quien seguía asegurando que estaba a más de dos metros de Sotera cuando se produjo el accidente Recién el 23 de abril de 1999, cuando el juez propició un careo con Sebastián Fernández, coimputado con Cárcamo, Garnica reconoció que no había observado el forcejeo ni el empujón. Además, Fernández declaró que esa madrugada Garnica estaba muy borracho, y no en condiciones de observar para testimoniar. Garnica optó entonces por asegurar que el hecho se lo habían contado, y que no lo habían advertido de las penalidades por incurrir en falso testimonio, pero después agregó que su tío le dijo que no le pasaría nada por declarar falazmente.