Matan a padre e hijo porque no les vendieron vino

BUENOS AIRES (Télam).- Un hombre de 54 años y su hijo de 29 fueron asesinados ayer a puñaladas por patoteros a quienes pidieron explicaciones porque les habían roto una ventanilla de su quiosco de la localidad de Villa Concepción, partido bonaerense de San Martín, informaron fuentes judiciales.

Una de las hipótesis más firme de los investigadores es que los patoteros atacaron el local atendido por padre e hijo porque se negaron a venderles vino cuando el comercio ya estaba cerrado, dijo una fuente policial.

Hasta ayer a la tarde no había detenidos por el doble crimen, pero la policía dice tener pruebas firmes de los sospechosos.

El episodio, investigado por el fiscal Héctor Scebba, ocurrió en Saenz Peña y 4 de Febrero, y del crimen participaron cinco delincuentes.

Los hechos se iniciaron a las dos de ayer cuando Néstor Fortunato y su padre Juan Carlos se encontraban en el interior del quiosco que atendían en el predio de la Fábrica California, dijeron fuentes judiciales.

Al lugar llegaron dos hombres, al parecer ebrios, que a los gritos exigieron a los quiosqueros que les vendieran vino.

Al parecer, padre e hijo se negaron a suministrar el producto porque el negocio estaba cerrado, por lo que los dos compradores rompieron a pedradas un vidrio del local.

Entonces, los Fortunato salieron a la calle a pedir explicaciones por lo ocurrido y fueron atacados por los acusados de la rotura del vidrio, que actuaron apoyados por otros tres hombres.

De acuerdo con los primeros indicios, tanto padre como hijo fueron heridos a puñaladas en la espalda y socorridos por vecinos, quienes los trasladaron al Hospital Belgrano, donde murieron. La sospecha de los investigadores es que tras el asesinato, los criminales se ocultaron en la villa Zagala, ubicada en la misma zona.

Como a las víctimas no les robaron nada, el caso fue calificado como "doble homicidio".

En declaraciones que hizo al canal de cable Todo Noticias, Liliana, la esposa de Juan Carlos Fortunato dijo que a los asesinos los conocen como "los paraguayos".

La mujer relató: "A mi marido y a mi hijo los mataron entre cinco personas y los dejaron tirados como perros. Estos asesinos dejaron a ocho hijos sin padres".