Un comerciante redujo y desarmó a ladrón

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Cansado de los robos y temeroso de que pudiera pasarle algo a sus familiares, un comerciante se trabó en lucha con el delincuente que lo amenazaba con un revólver, lo derribó y lo desarmó posibilitando su detención, pese a que está afectado por el mal de Parkinson. El asaltante es un menor de 17 años, que pudo haber cometido otro robo con armas ayer al mediodía, en una verdulería ubicada también en el barrio Alto, de donde se habría llevado 100 pesos.

El episodio comenzó a desarrollarse a las 20 de ayer frente a la despensa ubicada en la calle Padre Genghini 2.130, cuando su propietario, Ricardo Espinosa González, de 58 años, barría la vereda. En ese momento se le acercó un joven armado y le exigió que le entregara el dinero que tuviera, pero como Espinosa le dijo que no tenía, quiso obligarlo a ingresar a la despensa o a su domicilio. El comerciante aprovechó un descuido del delincuente para tomarle el brazo donde tenía el arma y derribarlo En esos momentos, Espinosa recibió muchos golpes en la cabeza y en el cuerpo, pero sabía que si soltaba el arma corría riesgo su vida, y retuvo al asaltante contra su cuerpo hasta que llegó un vecino para auxiliarlo y entre ambos redujeron al ladrón.

El delincuente es un menor de 17 años con antecedentes por delitos contra la propiedad, pero pese a su peligrosidad logró despertar la solidaridad de un grupo de mujeres del barrio Mutisias, que se enfrentaron con los policías con la intención de liberarlo.

Ricardo Espinosa González es un inmigrante chileno de 58 años, con más de 20 de residencia en el barrio Mutisias, durante los cuales soportó 10 asaltos, en su comercio y en su domicilio. A esos episodios le atribuye el mal de parkinson que comenzó a padecer hace un año, a su juicio, a raiz de las situaciones de tensión que debió experimentar En diálogo con "Río Negro", relató que había temido por la vida de su esposa, por su hija y su nieta, cuando el delincuente quería obligarlo a ingresar a la casa o al comercio, y que ese temor lo motivó para jugarse la vida.