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El gobierno anunció un acuerdo con el FMI por tres años

Análisis

Urgencias

Finalmente, por las urgencias de las partes, el FMI y el gobierno llegaron a un híbrido y forzado acuerdo.

La Argentina necesitaba dar la señal a EEUU de que quería llegar a la firma, pero condicionando algunas exigencias del Fondo. El presidente Kirchner sigue en campaña, por lo que se aseguraba, desde los pasillos de la Rosada, que la firma se hizo con la mirada puesta más en el frente interno que en el externo. El FMI tampoco tenía mucho margen de acción. La entrada en default de un deudor como la Argentina, iba a complicar mucho la actual situación del organismo por los rebotes económicos negativos que ésta conducta generaría en todo latinoamérica.

Este precario escenario permitía entrever que tanto para la Argentina como para el FMI era imposible postergar un acuerdo.

Pero si bien, políticamente el problema esta encaminado, no se observan aires de cambio en el horizonte económico de mediano plazo para la administración Kirchner.

¿Cuál es el logro más significativo de este acuerdo? La prórroga de los vencimientos por los próximos tres años, que da oxígeno al presupuesto elaborado por el ministro Lavagna. Nada se dijo de un programa que contemple un crecimiento económico que permita atraer inversiones para sostener el desarrollo del país. Es más, las metas fiscales y macroeconómicas sólo fueron acordadas por un año, período muy corto como para poder tentar la vuelta de capitales al país.

En definitiva las urgencias llevaron a firmar un acuerdo que carece de la sustentabilidad pretendida por los inversores, acreedores, empresas de servicios públicos y el sistema financiero.