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La Davis sigue siendo un sueño inalcanzable

Calleri, enorme, había igualado la serie ganándole a Ferrero, el número 1. Pero más tarde Moyá apabulló a Gaudio y le dio el triunfo a España.

La alegría del final para los españoles, que son justos finalistas. Moyá es levantado por los aires por sus compañeros.

MALAGA (Por Marcelo Gantman, especial para "Río Negro") - Hay una historia adentro de otra historia. Y nadie sabe si hay que estar muy triste o medianamente contento. El 3-2 global a favor de España en las semifinales de la Copa Davis, con una Argentina sombría el viernes y exultante en la media tarde del domingo, lleva a fragmentar todo lo que paso en apenas una jornada y evaluarlo por partes.

Calleri, después del gran triunfo sobre Ferrero.

De ningún modo la paupérrima actuación de Gastón Gaudio frente a Carlos Moyá en el último punto (6-1, 6-4 y 6-4 en dos horas de juego) puede sepultar la fantástica tarea de Agustín Calleri contra Juan Carlos Ferrero cuando su punto, el del 2-2, todavía era útil Calleri consiguió un triunfo que no tiene muchos antecedentes para el tenis argentino: ganarle a un número uno del tenis mundial, de visitante y en su superficie favorita. Y a un numero uno de estreno, cero kilómetro, un hombre acostumbrado ya a las batallas, que en el año 2000 le había dado el punto decisivo en la final contra Australia cuando aún era un jugador de una dimensión menor.

- ¿Cómo estás, Agustín?

- Bien, me siento muy bien...

- Porque Mariano no está bien, le duele el hombro. ¿Estás para jugar mañana?

-Estoy para jugar...

Gustavo Luza, el capitán del equipo, no precisó de la charla en el hotel que había prometido en la conferencia de prensa luego del triunfo del dobles. El sábado mismo, ya en el vestuario, una vez que Calleri había elongado y respondido a las preguntas de la prensa, Luza tomó la decisión más anunciada para el equipo argentino de la Copa Davis desde que el reglamento permite cambiar a los singlistas el domingo.

"Ya tenéis la solución: que el domingo juegue Calleri los dos individuales...", bromeaban los periodistas españoles luego del paso falso y confuso de Gaudio y Zabaleta el viernes. Antes de saber que pasaría en el doble y mucho antes de ver a un Calleri que, efectivamente, jugó contra Ferrero por el valor de dos singlistas.

El enorme cordobés le pegó desde todos lados. Hacía mucho que no se veía a un argentino meter tantos tiros ganadores a la carrera o bajo presión. Su saque funcionó de manera descomunal, alcanzando registros de 200 km por hora. Durante el segundo set el español le planteó puntos más largos y el cordobés aguantó la presión, siempre aguardando la chance para lanzar un "winner".

El plan había sido arrinconar al campeón de Roland Garros contra su revés. Dejando el físico en el court, con una fuerza mental despiadada, Calleri lo logró.

Si Ferrero casi no jugó, lamentablemente Gastón Gaudio tampoco. Su actuación, de todos modos, fue más activa que la del viernes. Carlos Moyá no dejó que Gaudio tomara la iniciativa en todo el partido, lo mantuvo lejos de la línea de base y a una distancia más que prudente en el marcador. Gaudio, abatido, no tuvo más remedio que contarle a todos una y otra vez su dolor. "Intenté cosas, pero no pude meterme en el partido. No vi ni una luz. Nada. Quiero que sepan que esto me duele más a mí que a cualquiera. La gente tiene derecho a sentir lo que siente. Yo me siento triste cuando mi equipo pierde o cuando la selección pierde. Pero alguna vez sería interesante que alguien se ponga en nuestro lugar para entender lo que a mí me pasa en este momento...", confesó Gaudio.

Al final del día todos los jugadores aparecieron en la sala de prensa con la cara que tiene un tenista cuando pierde multiplicada por cuatro. Pasaron del calor al frío sin escalas y hasta Calleri que dos horas antes venía de hacer todo lo que un jugador sueña dentro de una cancha lucía tan herido como los otros. "No nos alcanzó. Es muy triste, muy doloroso, pero nos fuimos con la frente alta. Revertimos un viernes muy duro, anímicamente estábamos muy mal. Pero terminamos exigiendo al equipo español al máximo y si hoy Moyá no sacaba la chapa que sacó no sé qué pasaba. Pero podía suceder esto, era una posibilidad más y ellos hicieron lo que debían. No vinimos a Málaga a hacer un buen papel, sino a ganar esta semifinal. Y nos vamos tristes porque no lo conseguimos...", desgranó Luza, a la espera de conocer si seguirá o no al frente del equipo.

De un viernes negro a un domingo con expectativas. Fue una Copa Davis extraña, lejos y cerca en apenas 48 horas. El límite por ahora son las semifinales como pasó ahora y también en 2002. Que España gane 3-2 de local en tierra batida suena lógico aunque haya una historia adentro de la otra. O varias.

"Me gustaría tener otra oportunidad"

Por momentos pareció estar en el medio de una lucha de egos, ser el capitán de un grupo aplastado por el afuera. También lidió con la lesión de los dos mejores tenistas. Pero Gustavo Luza rozó la hazaña en Málaga. "Deciden los dirigentes, pero me gustaría mucho volver a tener otra oportunidad", dijo durante una entrevista con la agencia dpa -

¿Qué fue lo mejor y lo peor en Málaga?

- Lo peor fue el viernes, un desarrollo que ninguno de nosotros esperaba ni soñaba. Lo mejor, la reacción que tuvo el equipo a partir del sábado. Eso es lo que me hace pensar que Argentina trajo a Málaga un verdadero equipo -

¿Hace pese a todo, un balance positivo?

- Lamentablemente no pude traer el equipo que había formado de entrada. Hubo un momento que fue muy duro, yo creía que teníamos un equipo muy competitivo, pero hemos ganado en otras cosas. Fue una semana fantástica de convivencia con los chicos, de armonía, de cosas realmente hermosas que nunca voy a olvidar y que creo que hicieron posible esta reacción. Agustín (Calleri) fue un elemento muy importante dentro y fuera de la cancha, un tipo muy copero, un gran hallazgo

- ¿Es este equipo humanamente mejor que el que quería traer a Málaga originalmente?

- No lo sé, no lo pude comprobar, pero hoy tenemos muchos jugadores. Creo que si Argentina quiere tener chances de ganar la Davis debe contar no sólo con los mejores tenistas, sino también conformar grupos como el que se conformó esta semana. Si no, serán solamente individualidades -

¿Preocupa Gaudio tras sus dos derrotas?

- Sí, me preocupa, aunque más dolorido está él. Este fin de semana fue muy difícil para él, quiso levantar cabeza ayer pero a veces no alcanza, a veces cuando uno decide cambiar la actitud es tarde.

- ¿Cree que podrá seguir al frente del equipo?

- Yo estoy conforme con el trabajo que hice. Hay cosas para mejorar. Tuve muy buena relación con los jugadores, creo que el resultado no ha sido malo, estuvimos muy cerca de la final.

Camina la cancha languideciendo, ausente. Coloca un revés fenomenal y no lo festeja. Eso es sólo lo exterior, lo que él transmite, pero esa falta de gestos es lo que exaspera al público. Gastón Gaudio -su carácter volátil- tocó fondo en Málaga. Uno de los pocos blasones que guardaba -ser un jugador copero- entró en crisis. De todas formas, hay que creerle cuando asegura, al borde del llanto, que él es el que más sufre con esta situación.

Calleri: "Fue mi mejor partido"

Tras su epopeya, Calleri llegó al contacto con la prensa radiante. Jugaba con su credencial colgante y tuvo frente al micrófono la desenvoltura de un candidato a presidente al que todas las encuestas favorecen. "Hablé con Luza el sábado a la noche y me dio la táctica del partido. Volvimos a charlar el domingo a la mañana y me dijo lo mismo. La idea era jugar puntos que no duraran más de cinco o seis pelotas. Ferrero así no puede entrar en ritmo y no lo hizo. Sin duda fue mi mejor partido hasta el momento...", contó Calleri, que se apoyó en las estadísticas para graficar su triunfo. "Metí 109 tiros ganadores. Es una cifra impresionante...", señaló.

"Le puse mucha garra, mucho corazón, la verdad es que jugué bárbaro. Fue el mejor partido de mi vida. Me encanta la Davis, por el clima, porque se juega tanto con la tribuna. Y por suerte hoy todo me salió perfecto".

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