Duerme en una casilla rodante y sueña con Atenas

Entrena sin medios y debuta hoy en la Copa del Mundo.

Aunque no pudo entrenar en las mejores condiciones, Correa es candidato para lograr el pase a los Juegos.

"Ahora voy a tener que esperar otros cuatro años", le dijo Javier Correa a "Río Negro" cuando se bajó del bote tras el quinto puesto en los 1000 metros de los Juegos Olímpicos de Sydney. Por muy poco se le había escapado el podio en la cita deportiva más importante del mundo y sin poder disimular la bronca le comenzó a dar forma al desquite.

Sin perder de vista el objetivo de buscar una revancha, el palista rionegrino superó varios obstáculos durante este año y hoy dará la primera palada para cumplir aquella meta.

En el lago Lanier, cerca de Gainesville (Estados Unidos) iniciará su participación en el 33 Campeonato del Mundo de canoaje, clasificatorio para Atenas 2004.

Aquella frase, casi una formalidad, es su principal motor para encarar el Mundial con todo. El camino estuvo lleno de inconvenientes, pero si algo caracteriza al deportista, además de su talento, es su enorme voluntad.

Llegará a este compromiso luego de conseguir dos medallas de oro en los Panamericanos, pero también tras una última etapa de entrenamientos en soledad.

Por los viejos problemas de falta de organización en la Federación Argentina no pudo viajar el grueso del equipo nacional, entre ellos su hermano Miguel, ni el jefe de técnicos, el cubano Miguel Sánchez, ya que por su nacionalidad no se le otorgó la vista para ingresar a Estados Unidos.

Correa cerrará un año duro. Sólo estuvo en dos de las cinco fechas de la Copa del Mundo, por inconvenientes con su pasaporte. Hoy participará en las eliminatorias de 1.000 metros y en las series de 500. Si supera los cortes, mañana serán las semifinales. Para ir a los Juegos Olímpicos deberá clasificar entre los ocho primeros.

"Estoy tranquilo, sólo con los nervios que necesito ahora" dijo Javier Correa desde su lugar de concentración horas antes de comenzar a competir.

En los últimos días armó su campamento base a 15 kilómetros del lago y realizó la puesta a punto junto al checo Martin Doktor, con quien compartió una... casilla rodante! Entre ambos armaron una línea de 1.000 metros con una soga y boyas para poder hacer los controles de tiempo.

"Estoy bien, con ganas de hacer algo interesante", aunque reconoció que "esto de entrenarme solo no es bueno, pero voy a dar lo mejor para que todos los que se preocupan por mí tengan una buena noticia".

"El gran objetivo es Atenas y la prioridad es lograr el pase. Después vendrá el análisis", finalizó quien en los últimos mundiales, desde 1998, nunca bajó del quinto puesto en las finales. (AV)