Una pesadilla de color naranja

Como en el Apertura, Roca cortó la racha de Cipolletti y manda solo en el Clausura.

Martín Medina, Gustavo Monteseirín y el resto de los jugadores del "Depo" festejan el triunfo en el "derby" y la punta en soledad.

CIPOLLETTI (AC).- Deportivo Roca le está tomando la mano a los clásicos. Ayer volvió a ganarle a Cipolletti, esta vez por el torneo Clausura de la Confluencia, y le cortó así

una racha de doce victorias consecutivas al albinegro, que había hilvanado precisamente tras el derby del Apertura (2-1 para los naranjas).

Ayer, en un partido deslucido, caliente y con mucha pierna fuerte, los roquenses vencieron por 1 a 0 a los "pibes" de Cipolletti en la "Visera".

Los dos venían con puntuación ideal y guardaban, cada uno, un aditamento especial: el "Depo", que no había recibido goles, se enfrentaba con la delantera más efectiva (doce tantos). Por eso, se esperaba un partido de muchas luces.

Claro que si de buen fútbol se trata, los dos defraudaron. Las usinas de juego se mostraban intermitentes y por eso el primer tiempo fue apagándose de a poco. Parecía que se iban a los vestuarios con el marcador en cero, pero a los 41' Clemente Vásquez sancionó una infracción poco clara. Gustavo Canales, la figura de la cancha, clavó un derechazo perfecto y dejó sin chances a Raúl Ruiz. Demasiado premio.

Los albinegros salieron en la segunda parte como para comerse a los visitantes. Al minuto se lo perdió increíblemente Matías Iturra, y 7 minutos después Fernando Díaz hizo la atajada del partido ante un fuerte cabezazo de Marcos Carrasco. Bruno Weisser desperdició un tiro libre en el borde del área y Roca contestó con una nueva escalada de Luis Valdés.

Alberto Saldico se las vio feas cuando tuvo que irse a las duchas Gonzalo López, pero el local no aprovechó el hombre de más. Además, el "Pato" Amorone se lo perdió por partida doble y a dos minutos del final Iturra "pifió" lo que hubiera sido el empate.

El "Depo" hizo su negocio, se llevó nuevamente el clásico y mira a todos desde arriba, allí, en la soledad de la punta del Clausura.