Los mochileros del fútbol

Cada vez son más los que actúan en lugares exóticos

Atraídos por los dólares, se van sin llegar a ser figuras.

Es cíclico: cada vez que arranca un campeonato en la Argentina, un nuevo éxodo deja al fútbol doméstico herido. Y engorda, a su vez, el número de jugadores nativos que deciden mostrar sus virtudes en distintas canchas del mundo Este año fue Andrés D'Alessandro, el anterior Juan Riquelme, antes le tocó a Javier Saviola. La lista es infinita, y llega hasta el amanecer del profesionalismo Pero no sólo las estrellas son las que dejan sus raíces. También están aquellos que, en busca de un futuro económico mejor o la simple curiosidad de conocer el mundo, hacen sus valijas antes de llenarlas de gloria.

El fútbol argentino es un producto de exportación apetecible: su dinámica impensada escasea en otras latitudes. Clubes de todas partes del mundo reconocen en el jugador nativo valores distintivos. También saben de las dificultades económicas que atraviesa nuestro fútbol Después del fin de la convertibilidad, cualquier destino que pague en dólares es atractivo. Es por eso que clubes e intermediarios, con el fin de agrandar el mercado, comenzaron a apuntar a destinos antes inabordables, tierras que, futbolísticamente, no era convencionales. Desde la insular Finlandia hasta la oceánica Nueva Zelanda, pasando por la joven Lituania, el frío de Canadá, el peligro de Israel y la calurosa y húmeda Centroamérica. Esos son algunos de los lugares adonde ahora llegan los mochileros argentinos del fútbol.

"Queremos seguir abriendo mercados", aseguró Eduardo Petrini, dirigente de Boca, a su regreso de Rusia, donde cerró el traspaso de Héctor Bracamonte al Torpedo de Moscú, siguiendo el camino que abrió Gustavo Lillo (e Talleres), que defiende desde el año pasado los colores del Krilya Sovietov, y de Nicolás Pavlovich (ex Racing), quien firmó por tres temporadas con el Saturn- Ren T.V.

La huella que marcaron los pioneros de la década del '30 como Monti o 'Mumo' Orsi, siguiendo con Di Stéfano, Sívori, Angelillo y Maschio, sirvió de camino para Kempes, Maradona y para los que llegaron después, algunos sin tanto brillo como aquellos El destino principal ya no es la elite europea, sino cualquier inhóspito rincón del planeta fútbol Wálter Rodríguez

Desafiando al frío escandinavo

La invasión argentina llega hasta Finlandia. Fernando Della Sala, mediocampista de 26 años, nacido en Villa Dique (Córdoba), juega para el FC Inter Turku en la Veikkausliga, el más importante campeonato del país y tiene un hijo de dos años nacido en las frías tierras finesas.

Llegó desde Chacarita en agosto del 2000 y comparte el equipo con otros cinco argentinos. Uno de ellos es Luciano Alvarez, quien se inició en Independiente y pasó por Savona, de la segunda división italiana Hace diez años un empresario finés fundó el club y se sintió atraído por los jugadores argentinos, razón por la cual en la actualidad, medio equipo tiene corazón latino.

Los otros argentinos en el equipo son Arístedes Pertot, Adrián Bazán Vera, Pablo Parmo y Diego Carpoche Aquí, el fútbol no despierta la pasión del hockey sobre hielo. No es para menos. En la época invernal se soportan temperaturas de hasta 20 grados bajo cero. Cuando las condiciones climáticas son adversas, el equipo entrena en gimnasios cerrados.