Fútbol violento

Ahora las piedras son verbales entre Boca y la policía

Muchas dudas sobre la barbarie y una sola certeza: los barras atacan cuando quieren.

Hubo 600 policías, pero al único lugar donde no fueron fue a la tribuna donde debían haberlo hecho, la que unía a ambas hinchadas.

Las catástrofes golpean sin avisar, con la napa colapsada y el agua en las rodillas, como en Santa Fe. Con la cara de la hambruna en la tapa de los diarios, como en Tucumán. Con los salvajes arruinando un domingo de fútbol, como antesdeayer en la Bombonera En ese momento -no antes-, la sociedad se agarra la cabeza y se pregunta cómo diablos pudo pasar. Como lava de un volcán subterráneo, los males endémicos arden debajo de la superficie, aguardando por la menor grieta para escupir su veneno.

El caso de las barras es paradigmático. Siempre están, por más que durante meses su ominoso accionar no aparezca. Son como paquidermos en una cristalería: les alcanza con respirar para provocar destrozos. Si no se mueven es porque alguien los distrae, con el dulce de la plata, la prebenda o la extorsión. Cuando esa distracción no funciona, arruinan el negocio, el del fútbol en este caso Varias dudas atraviesan los hechos: ¿Por qué la hinchada de Chacarita llegó al partido una hora antes y, en un arrebato chauvinista incomprensible, cantó el himno nacional? ¿Por qué sin otra motivación que la violencia genética que convive con algunos de ellos comenzaron a agredir a la gente de Boca? ¿Por qué no había policías en esa zona, si los hinchas de Chacarita desde que llegaron tuvieron un comportamiento salvaje?

El vicepresidente de Chacarita, Armando Capriotti le echó la culpa al consejo de seguridad que solamente le dio una bandeja a la hinchada visitante. "La gente estaba apretada y eso pudo habe originado los incidentes", expresó. ¿Fue así? El corresponsal del "Río Negro" en Buenos Aires no recuerda que haya habido hacinamiento en la tribuna de Chacarita. Además, los disturbios los comenzaron los plateístas del club de San  Martín ¿Puede haber habido motivaciones políticas, ahora que Macri tiene la Jefaura de Gobierno porteño en la punta de sus dedos?

Aníbal Fernández, ministro del Interior, rechazó cualquier tipo de connotación electoral: "No se puede jugar con la vida de la gente, estamos hablando de 80 y pico de heridos. Cómo va a ser alguien tan imprudente de suponer que esto tiene que ver con una motivación política" Ahora bien, una hinchada adoctrinada en el ánimo de Luis Barrionuevo -el mismo que les prometió un viaje al Mundial de Francia si moredaban sus andadas-, ¿va a provocar semejante desmán porque sí?

Lo cierto es que la barbarie no tuvo detenidos, aunque sí heridos. El Secretario de Seguridad Deportiva, Javier Castrilli, promovió ayer una investigación judicial. "Todas las investigaciones y las decisiones seran canalizadas según la cadena de mandos hasta que lleguen al Ministro" Con la historia reciente como espejo, sin detenidos ni culpables, todo indica que no pasará nada. Hasta la próxima inundación. O hasta otro piedrazo. (AR)

Macri culpa a la seguridad

"Estoy esperando que el jefe del operativo me dé explicaciones. No entiendo qué le pasó porque todo se veía venir y se pudo haber evitado si se actuaba con rapidez y anticipo", explicó ayer Mauricio Macri. Y agregó: "Ya cuando los simpatizantes de Chacarita entraron a la cancha rompieron los molinetes y eso el jefe del operativo lo sabía y no se hizo nada. Luego durante el partido de reserva rompieron los sanitarios y tampoco se actuó con rapidez" Macri explicó que la policía tardó diez minutos en subir hasta la tercera bandeja y que solamente lo hicieron diez efectivos de infantería. "Si la policía hubiese actuado en el entretiempo todo se podría haber evitado".