Jueves 25 de setiembre de 2003

La hoguera

La nieta de una flor

La primavera. Muerte parcial del encierro.

Sinónimo de juventud. De florecer, de festejar.

Y yo sólo quiero silencio, soledad y dedicarle el día a una sola persona A Lela. (Mi abuelita, que cumplía años todos los 21) Las imágenes se suceden. Es un video clip donde la música es el sonido de muchas palmas y un lamento de voz femenina. Lo titulo "Escenas de la vida cotidiana con doña Rosa Feijóo".

Acción.

Se fue quedando ciega de a poco y no le avisó a nadie. Cuando descubrieron las cataratas que tenía ya era tarde. Se hundió en las tinieblas y nunca volvió a ser la misma.

Me acuerdo de que a catequesis me llevaba facturas. Que iba a buscarme al colegio como una hora y media antes de que yo saliera. Que en su casa siempre había gaseosa. Que yo (única hija, única nieta, única sobrina) la sentaba y la hacía ser "mi alumna". Tiza en mano le daba lecciones y ella obediente hacía la tarea. Que me dormía mirándola. Que todas mis tardes después de la escuela eran con ella Jugábamos en el living con mi papá al fútbol y a ella la poníamos de arquero!

Una vez, peleando, tironeando -porque ella quería lavarme una remera y yo no-, me esguincé un dedo Una vez llamó a la casa de una amiga mía. Con su inconfundible acento dijo "Hola, ¿eshhhhtá la Nuria?". Y Marita, la madre de mi amiga, contestó: "Hola Lela, ¿cómo anda?". A lo que del otro lado del tubo se escuchó... "Puesshh, ¿cómo me reconozzzió?".

Unica.

Una vez se cayó y la llevé al hospital Fernández, donde la dejaron en una sala con otras personas heridas y enfermas. Todos gritaban. Ella quería irse. Yo, curarla. Por suerte no se había quebrado nada. (Reiterados accidentes por la porfía de subirse a una silla para darle cuerda a un reloj. En la misma cocina de antaño, con azulejos amarillos con calcomanías de "Chips") Rezaba arrodillada todos los días Había vivido en Cuba.

Llegó en barco a Buenos Aires, con mi abuelo y ese pequeño niño de rizos dorados Trabajó de portera en una casona de Buenos Aires por la que paseé muchas veces (imaginando).

A "Bedita" (mi viejo) le hacía "banana frita y pulpo a la gallega" Nunca más volvió a su tierra. Como tantos!

Mujer bella, misteriosa, que sonríe en la foto blanco y negro.

Soy la nieta que lleva su apellido (porque así se usa en España). Soy la nieta de esos ojos. Soy la nieta de una flor Ansío caminar con ella por las calles de Vigo. Preguntarle más de los simulacros de fusilamiento que le hacían a don Beda, de ese tío que tenía armas y quería matar a Franco, de si mi abuelo fue su "único hombre" (Lelita mía).

Solía jugar con las venas de su mano. Apretárselas apenas Hasta el día de hoy conservo el sabor de su mejilla. Esa suavidad y esa colonia La crueldad de los años...

Verla atada. Sin querer comer. Ciega. Sola.

No poder hacer nada. Más que enfermarme profundamente (las lágrimas muchas veces no drenan lo suficiente) Veo a esas pequeñas niñas que apenas la conocieron... Quiero transmitirles algo de esa mujer terca y bondadosa.

¿Cómo se hace?

¿Se sueña con esas manos mientras se contempla las propias? ¿Se va a la tumba que no tiene?

¿Se grita?

Rosa, Rosa, la maravillosa.

Flor gallega de espinas y fe.

(Cómo te extraño).

 

Nuria Docampo Feijóo
ndocampo@rionegro.com.ar

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