Jueves 18 de setiembre de 2003

La hoguera

En tus propias llamas

Decidí viajar sola unos días a Uruguay.

Hacía frío. No había televisión ni amigos.

Entonces hubo mañanas de caminatas al borde del abismo del océano, tardes de tedio y siesta; y noches donde me quedé sola con Nietzsche. (Noches donde por primera vez en la vida sentí que la locura era sólo una cuestión de torcer apenas el rumbo hacia mi psiquis y mecerme dentro y con ella; para siempre).

Viaje de mates eternos, un kilo de mejillones para mí sola y saudades De "autorretratos fotográficos": tirada en la arena, en bicicleta, caminando por el puerto, con mi nuevo tatuaje, haciéndome la dormida en el bosque, comiendo una tostada con queso blanco Me acuerdo que en el avión pensé mucho en mi mamá. En su miedo a volar...

No entiendo cómo, a los quince años, mientras me agarraba la mano porque tenía pánico de que se cayera, yo podía mirarla sonriendo y decirle: "Si se cae muero feliz porque viví mucho y bien" Guau. Lo que hace la delirante frescura de ciertas edades.

Pensar que después estuve cerca de estrellarme en playas jamaiquinas junto con otros 200 pasajeros...¡Justo en Jamaica! ¡I shot the sheriff!

Nunca más pude volar tranquila.

Peor... Pensar que ahora, si la muerte me roza, salgo corriendo cobardemente esperando que me dé un par de décadas más.

Volviendo a la calidez uruguaya...

¿Por qué me acuerdo de eso ahora?

(Mi vida me marea) Ah, ya sé. Por la búsqueda.

Ya sea de un espacio propio, alejado.

Ya sea de una impronta en la piel Porque un tatuaje es como un viaje.

Es un sello, hecho a fuerza de tinta y sangre, que marca un momento del cual uno mismo elige nunca más olvidarse.

Claro que hay otras formas. Escribir es una sin ir más lejos.

Mi ojo egipcio tiene que ver un poco con el día en que renuncié al cómodo sueño del sobrevivir, simplemente. Cuando entendí apenas el significado de la palabra "espiritualidad" Creo que la imagen de una nena haciendo la propia valija a los cuatro años es una buena escena para empezar una película o más que una buena razón para hacer cosas "locas", para escribir poesía, para gritar "no quiero ser grande en los colectivos", para vivir calladamente despertando, para ocultarse detrás de una actitud "políticamente correcta", para seguir tomando aviones, para leer a los que roban el sueño y erizan.

Va todo (muy) rápido Es como ver caer esas piezas de dominó que dibujan formas, una tras otra.

Puedo sentir el ruido en mis entrañas, pero nunca termino de ver caer la última.

Tatuarse "efecto tinta china". Iniciar otro peregrinaje Esta vez se va a grabar en el medio de los omóplatos. Busca ser símbolo de la entrega a un otro. Quizás, y más aún, confianza en el flujo de las cosas.

Hay quienes prefieren anillos de oro grabados con fecha y nombre... ¡Llevar toda la vida algo en el mismo dedo!

Cada uno busca a ciegas, como puede o improvisa.

Siento náuseas y no es la altura.

"...El peor de los enemigos con quien puedes toparte eres tú mismo: a tí mismo te acechas tú, en las cavernas y en los bosques. ¡Oh, solitario, tú recorres el camino que conduce hacia ti mismo y a tus siete demonios! Para ti mismo llegarás a ser un hereje, y una bruja, y un hechicero, y un loco, y un incrédulo, y un impío, y un malvado. Tienes que querer consumirte en tus propias llamas" Así habló Zarathustra (Y mi hoguera se encendió).

Nuria Docampo Feijóo

       ndocampo@rionegro.com.ar

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