La hoguera

Surrealismo febril

A veces es bueno enfermarse. Hundirse en el sillón. Pasar un día de somnolencia. De devaneo febril. Mucha agua y dos videos. Una elección a medida: "Frida" y "Asesinos por naturaleza".

Oliver Stone me obliga a mantenerme con la nuca erguida. En su película, la pareja de asesinos deambula por el "sueño americano" de una forma macabra e hilarante.

Funciona bien la fórmula del convertible, serpientes y una aventura a través del desierto.

Los filmes autobiográficos, tanto como los violentos, me atrapan. Frida: más de treinta operaciones a causa de un accidente, renguera por la polio y la amputación de una pierna. Una artista demasiado adelantada para su época que se dio hasta el lujo de vivir un romance con Trotsky!

Se pintó mucho a ella misma (¿por soledad, egocentrismo o porque a veces uno sólo hace lo que puede?) Miro el techo. Demasiadas imágenes. El tiempo será lento. (Salir de un lugar para llegar a otro, mas no hallarse en ninguno).

Mamá no puede venir a hacerme una sopa. No hay amiga para tomar un mate y reírse de la cara congestionada. Las lágrimas se agolpan. Uf.

Miro la pared. "Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes del despertar", (no tiene título el cuadrito que está colgado en casa!).

Dalí también alimenta ¿No es acaso el surrealismo una forma de escape algo lisérgico de la tremenda y tediosa realidad?

La mujer desnuda descansa plácidamente aunque el tigre está por saltarle encima.

Otro día que pasa. Vértigo ¿Resistiré esta soledad tan patagónica?

A la vez, mi única oportunidad de tener tiempo (de ganar tiempo). Esos minutos que en la voracidad capitalina no se encuentran, mientras se va de un lado a otro, en la carrera enloquecida... ¿hacia?

(Pero qué bien corría).

Por cada elección se renuncia a algo Sí, es una obviedad. Pero, cuando uno se encuentra en la otra punta del mapa, con los gatos y los libros a cuestas...

Miro por la ventana. Ni siquiera yo quiero escucharme. Es como una cajita musical. Alguien le sigue dando y dando cuerda.

Hay que tapar el agujero y hay que hacerlo pronto. No tengo termómetro y hace chucho. Estreno el gorro de lana y las "mensajerías roquenses". Me traen caramelos y el diario. Sólo por un peso! Perfecto servicio de socorro a domicilio Miro el papel. Las letras se acercan se hacen itálicas, se doblan y se retuercen.

Estornudo como si fuera a salírseme todo de una vez. Pero no.

Miro el pañuelo.

La gripe motiva. No hay otro destino. Hay que seguir punzando hondo en la sombra. Y curarse, de una vez por todas.