ENTREVISTA: Raly Barrionuevo

"Abordar la lucha con alegría"

Canciones que cuentan historias son las que Raly Barrionuevo propone en sus discos. Este fin de semana presentará en el Valle "Población Milagro", del que habló con "Río Negro".

Raly Barrionue-vo ama la fiesta popular.

Raly Barrionuevo, se muestra transparente en su último disco, "Población Milagro", placa que salió en marzo de este año y presentará mañana, a las 22 en la Sala II de Casa de la Cultura de Roca y el sábado, también a las 22 en el Teatro de la Ciudad de Neuquén.

Nació santiagueño en Frías, el 14 de agosto del '72. A los 18, se radicó en Córdoba. Con treinta y un años, su larga trayectoria ya lo juntó con Jacinto Piedra, Don Sixto Palavecino, Los Manseros Santiagueños, Roxana Carabajal, el Pica Juárez, Lito Vitale, Chango Farías Gómez, Pedro Aznar, Chango Spasiuk... Fue parte de los orígenes de la Peña del Dúo Coplanacu, que se arma durante el Festival de Cosquín.

Integró el grupo de Peteco Carabajal. León Gieco lo convocó para algunos de sus conciertos. En febrero de 2001 ganó la "Gaviota de Plata a la Mejor Canción" en el Festival Internacional de Viña del Mar. En enero del pasado año fue Consagración en Cosquín. "El principio del final" (96) fue su primer disco y el segundo "Circo criollo" (2000) lo grabó en Villa Allende, Córdoba "Una vez -en una clase en la Universidad de San Luis- me dijo Tato Iglesias, un sociólogo a quien respeto mucho, que le sería imposible sintetizar sus ideas en un tema de tres minutos. No sé por qué será, pero a mí me sale. La canción es la manera más directa de llegar a la gente, pero sola no logra nada. La música me da muchas cosas; la principal es que me permite transparentarme, no puedo hacerlo mejor que a través de ella; transparentarme con los afectos, con mi gente y por ende con un montón de personas que ni conozco. En mi último disco me deschavo en cosas muy íntimas, algunas están claras, otras mediante metáforas; depende como ha ido saliendo cada canción. Tiene mucha autocrítica también. Las once letras que escribí, son muy sinceras porque no hay fórmulas, nada inventado, más allá de que sean buenas o malas. He escrito ahí es todo lo que tengo; aparte he puesto todo para hacerlas, he desagotado todo allí. La canción es un resumen en tres o cuatro minutos, pero resulta de años viviendo situaciones, haciendo y desandando. Yo compongo canciones también porque la chacarera me resulta difícil, es muy corta para sintetizar una historia; hay que ser Pablo Raúl Trullenque, Manuel J. Castilla o Armando Tejada Gómez para lograrlo en tan sólo seis estrofas", señaló Raly al definir su trabajo. .

- Dijiste "transparentarme"... Eso significa que cada vez que cantes esas letras, estarás reviviendo la historia que las generó.

- Sí, pero con el tiempo las voy interpretando de diferente manera, en cuanto a su sentido, su significado; de acuerdo con el momento en que me encuentre. En "Población Milagro" hay una chacarera que he escrito hace por lo menos siete años ("Donde se gesta el amor") y es una mezcla de autocrítica, contenido social y mucho del amor como algo que se construye. Hoy la canto con una actitud distinta a cuando la compuse. Tenía 23, 22 años por entonces...".

- ¿Cómo imaginas que te ven desde el público?

- No sé. Es un gran interrogante para mí. Sí sé de la gente cuando se arrima a comentarme sus emociones; hay otra que se va calladita, con muchas sensa

ciones por dentro que al tiempo se animan a comunicarme. No sé muy bien la dimensión de lo que voy causando. Me he encontrado -de casualidad- en alguna vuelta de la vida con cosas impresionantes que han generado canciones mías. El que los demás tomen pedacitos de ellas para sí, para unirlas a sus sentimientos, es la parte más significativa de la canción; cuando pasa a ser colectiva. Está bueno, pero es mucho mejor cuando hasta se olvida quien es el autor. El triunfo, entre comillas, de una canción no es el éxito del artista, es cuando se transforma en símbolo, en compañía de otro. Por eso no me vuelvo loco. Yo las compongo, las canto y es muy lindo hacerlo, el resto corre por cuenta de quien las oye.

Encontrarse con la gente es muy fuerte, muy directo. Es la gran diferencia con las otras artes. Sucede con el teatro también... Va la canción y genera reacciones ahí nomás, de inmediato. Las pinturas o esculturas, no. Ese contacto me deja muy bien, siempre festejo como algo colectivo los encuentros con la gente; pienso mucho en lo que sucede ahí pero no particularmente, "qué lindo lo que me está pasando"; sino como un encuentro. Cuando se genera algo lindo entre nosotros, lo festejo.

- ¿Dónde están los límites para no exaltar al público, no manejarlo para que reaccione, no provocar su aplauso?

- Eso lo decide la gente. Es como cuando uno se sienta a escuchar música en casa, todo depende de cómo estés. Una misma canción a veces emociona mucho y otras, pasa desapercibida. Igual ocurre en un concierto. El estado de ánimo de la gente va dándole rumbo al concierto; el mío también influye, pero por delante tengo muchas personas. A mí me gusta la fiesta, lo festivo y popular. Para mí, es fundamental poder luchar con alegría. He vivido muchas festejos de campo cuando chico, bailes y me encanta cuando puedo armarlos desde el escenario, pero siempre acompañados de la reflexión.

 Eduardo Rouillet