Domingo 31 de agosto de 2003 | ||||
Cristian torció el brazo de la muerte para volver a casa El chico de 11 años baleado en Plaza Huincul fue recibido como un héroe por sus vecinos.
PLAZA HUINCUL (ACC) - Después de quince días, el niño de 11 años que fue gravemente herido por un disparo de escopeta mientras jugaba al fútbol con sus amiguitos, regresó a su hogar del barrio Otaño de Huincul Tal como si se tratara de un verdadero ídolo, familiares, amigos y vecinos recibieron a Cristian con pancartas, globos y aplausos. Todos enaltecieron la lucha del pequeño contra la muerte, a la que venció a pesar de que el balazo perforara su bazo, hígado y parte del intestino "Dios le devolvió la vida a mi hijo, los médicos me dijeron que estaba muerto y ahora no sé cómo agradecerles", señaló muy emocionada el viernes por la tarde la madre de Cristian. La mujer viajó acompañando a su hijo en la parte trasera de la ambulancia que lo trasladó desde el hospital Castro Rendón, donde en gravísimo estado había sido derivado la noche del 15 de agosto desde el "Aldo Maulú" de Cutral Co. La fisonomía de la calle Misiones al 400 del barrio Otaño cambió por unas horas El sector de ingreso al hogar estaba adornado por una gran pancarta que le daba la bienvenida a Cristian, al igual que los innumerables globos amarillos y azules -como los colores del equipo boquense del que es hincha el niño- sumados a los pequeños carteles. Los pequeños del barrio, alborotados cuando advirtieron que la ambulancia avanzaba hacia la casa, comenzaron a gritar y aplaudir el nombre de Cristian. Semejante recibimiento fue muy fuerte para el chico y sus padres, que no podían esconder la profunda emoción que los embargaba. Despacio, el chico bajó de la ambulancia y caminó con pasos cortos los pocos metros que lo separaban hacia su vivienda, donde se reencontró con su abuela y sus hermanitas a través de un abrazo entrañable El interior de la vivienda estaba abarrotado de carteles con leyendas que lo alentaban a seguir adelante, demostrándole lo mucho que lo quieren Siempre guiado por sus padres, Cristian alcanzó a decir que durante su estadía en el hospital "Castro Rendón", los médicos lo trataron muy bien, lo mimaron y también le dieron casi todos los gustos. Agregó que nunca se había imaginado ese recibimiento y agradeció "a todos los que oraron por mí" Su madre intentó repasar los momentos tan difíciles que pasaron, pero rescató el acompañamiento de todas las personas, "muchas que ni conocemos" y que los ayudaron incondicionalmente a sobrellevar la situación. "Dios le devolvió la vida a mi hijo. Y no sé cómo agradecerle a los médicos que lo intervinieron. Muchas veces las mamás nos ponemos mal, pero hay que seguir adelante", sostuvo la mujer Luego señaló que Cristian es "un niño fuerte y bueno, como todos los chicos que le estuvieron dando la bienvenida. Muchas veces uno se pregunta por qué pasan todas estas cosas. Pero no tengo con qué pagarles ahora". No dejó de mencionar a su familia, pero en especial a sus vecinos, porque "así como hay gente mala, hay gente buena también". El niño volvió a su hogar el viernes casi a la misma hora en la que recibió el disparo que lo mantuvo al filo de la muerte. Eso fue hace dos semanas atrás, cuando jugaba al fútbol en el playón de la escuela 334.
El "picado" que casi termina en tragedia El hecho que protagonizó el niño de 11 años y que conmocionó a toda la comarca ocurrió a plena luz del día en un playón que pertenece a la escuela primaria 334 del barrio Otaño. Los presuntos autores de la agresión fueron identificados, y tienen 14 y 18 años. La tarde del 15 de agosto, Cristian pidió permiso para ir con sus amiguitos a jugar un "picadito" al playón de la escuela 334, situada a unas dos cuadras de su casa Quiso estar en el arco y allí permanecía cuando recibió un balazo que lo tiró. Sus amigos, sin entender demasiado lo que ocurría, corrieron a socorrerlo y lo vieron que sangraba. Como pudieron lo ayudaron a levantarse para cruzar hasta el hospital que queda cerca de la escuela, mientras otros niños fueron hacia la casa de Cristian para avisar a sus padres lo que sucedía El chico llegó caminando hasta el nosocomio, de allí, al ver que se trataba de una herida grave decidieron trasladarlo hasta Cutral Co El diagnóstico inicial daba una lesión de arma de fuego que en su trayectoria había atravesado el baso, el hígado y parte del intestino. Los médicos lo operaron y lo derivaron a Neuquén donde permaneció en terapia intensiva. Los investigadores que empezaron a indagar sobre el hecho pudieron establecer a las pocas horas que los disparos provinieron de una vivienda situada a unos cien metros de la cancha. Y que los presuntos autores eran dos muchachos de 14 y 18 años respectivamente, que practicaban "tiro al blanco" La tragedia pudo haber sido mayor, teniendo en cuenta que además de Cristian, otra niña que pasaba junto a su madre por el mismo lugar, fue rozada por una bala que provenía del mismo lugar y que milagrosamente no alcanzó a dañarla. (ACC)
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