Romina recibió el riñón de su mamá y está bien

El trasplante fue exitoso. Ahora viene el período de adaptación. La nena cipoleña estará unos días en una habitación de aislamiento.

Romina esperó el momento de la cirugía mirando dibujos animados.

CIPOLLETTI (AC).- Anoche Romina ya había hecho pis y empezaba a adaptarse de a poco al riñón que le regaló su mamá Rosa. Los médicos estaban conformes. "Salió todo muy bien", le dijeron a "Río Negro" apenas terminó la operación.

El trasplante de esta chiquita cipoleña es el primero que se realiza en Neuquén de una paciente de Salud Pública de Río Negro (ver aparte).

Romina Montecino tiene 11 años. A los 4 empezó a tener problemas renales y a los 9 quedó atada al aparato de diálisis. El trasplante era su única solución. Y su mamá Rosa no dudó en donarle un riñón.

Ayer a las 12, madre e hija esperaban en la habitación 155 del Policlínico Neuquén a que las llevaran al quirófano. Ningún extraño podía ingresar a verlas porque ya estaban bañadas y preparadas para la cirugía.

"Estamos bien", alcanzaron a decirle a este diario cuando Fernando, el papá de Romi, abrió la puerta. El saludo desde lejos estaba permitido.

Romina se veía sonriente y aferrada al control remoto. "No deja de ver dibujitos. A la madre ya la tiene un poco cansada. Que el Cartoon. Que Piñón Fijo...", dijo Fernando.

Las dos se notaban animadas, bien. Rosa, que es superactiva, se sentía un poco cansada de tanto reposo (estaba internada desde el martes) pero no más que eso. "Y claro, si se levanta a las seis y no para en todo el día", detalló su pareja.

A las 15,45 empezó el operativo. Rosa entró primero al quirófano y casi una hora después fue Romi. "A las 18,45 la nena ya estaba afuera", aseguró Mario Polischuck, uno de los profesionales que la operó.

Rosa pasó a terapia intensiva y Romina a una habitación de aislamiento, donde estará hasta que le den el alta en aproximadamente diez días.

"La cirugía salió bien, en los tiempos esperados", informó luego la nefróloga Beatriz Rizzo, cabeza del equipo de especialistas que realizaron el trasplante. Ahora la chiquita debe empezar a adaptarse a su nuevo riñón.

"Ella le está dando vida a su riñoncito nuevo a través de la sangre que le está aportando. Eso lleva a un equilibrio entre su organismo y este órgano que no es del todo igual a ella", sostuvo la profesional. Y aclaró: "esto no termina nunca, es un acompañamiento de siempre. Siempre adaptándose, siempre con los controles médicos".

Rizzo destacó esta primera experiencia de un paciente rionegrino que se opera en Neuquén porque dijo que de esta manera "se evita el desarraigo".

No sólo el papá de la nena puede estar cerca (de las operadas y de sus otros dos hijos) sino que además la chiquita trasplantada recibe la atención de médicos y enfermeros ya conocidos porque son los mismos que la cuidaban mientras se hacía diálisis. Esto ayuda desde lo afectivo.

Fernando, el papá, permanecía anoche en el pasillo a la espera de novedades. Así pasó toda la tarde, acompañado por su fe (tenía una Biblia) y algunos pocos familiares.

"La mamá está un poco dolorida y quiero verla, pero dicen que está todo muy bien", afirmó.

La nefróloga comentó que con el caso de Romina ya llevan 49 trasplantes realizados en el Policlínico de Neuquén, el único centro en la región donde se realizan estas cirugías de alta complejidad. Polischuck precisó que es el quinto chico que se trasplanta. Ya hubo cirugías en nenes de 10 años (dos casos), de 14, de 12, y ayer fue el turno de la cipoleña de 11 años.

“Es la mejor madre del mundo”

CIPOLLETTI (AC).- Faltaban escasos minutos para que Rosa ingresara al quirófano para darle una esperanza a su hijita Romina cuando en el pasillo de la clínica Fernando Montecino no contuvo la emoción. “Es la mejor madre del mundo la que le ha tocado a mis hijos. Pienso que no me equivoqué al elegir a mi mujer”, dijo el papá de Romi.
También él se había hecho los estudios necesarios para ver si podía ser el donante, pero en su caso dio que tenía un 60 por ciento de compatibilidad. Rosa, un 80 por ciento.
Cerca de las 12 de ayer, Fernando era el único familiar que acompañaba a Rosa y a Romina en la clínica. Tenía en sus manos una Biblia “para estar fuerte”.
“Soy católico. Y la Biblia es mi apoyo”, reconoció.
El papá de la nena trasplantada sabía que tenía que estar bien no sólo por Rosa y Romina sino también por sus otros dos chicos (Yanina de 13 años y Fernando de 6) que quedaron en Cipolletti con una tía.
“Aunque este todos los días acá, en las noches voy a tener que ir a verlos porque ellos también me necesitan”, dijo.
En los minutos previos a la cirugía por la cabeza de Fernando pasaban muchas cosas. Pensaba en por qué no había podido ser él el donante, destacaba el “coraje” de su mujer, hablaba de “la fe” que tenía al pensar que todo iba a estar bien, y anunciaba también lo que prevé hacer en adelante: tratar de conseguir un trabajo estable para dejar de hacer “changas” y anotarse como donante el próximo domingo cuando el Incucai hará su primera consulta popular.
“Si el domingo ellas están bien y voy a votar, pienso anotarme en el Incucai. Yo hasta ahora pensaba como muchos que esto es nada más que un negocio de los médicos, pero te das cuenta cuando ves sufrir a alguien que querés de lo importante que es donar. Yo estuve varias veces al pie del sillón de diálisis viendo sufrir a Romina y ahí tomás conciencia de lo que es la enfermedad”, dijo.

CIPOLLETTI (AC).- Romina es la primera paciente de Salud Pública de Río Negro que se trasplanta en Neuquén. Hasta ahora los enfermos renales rionegrinos debían trasladarse a Buenos Aires para realizarse operaciones de este tipo.
Jorge García, responsable en Río Negro del Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), dijo que aún no se hizo un acuerdo formal pero sí “de hecho” entre la provincia y la clínica neuquina.
El Policlínico de Neuquén es el único lugar en la zona donde se realizan trasplantes, pero sólo de riñón y de médula.
A pesar de que estaba esta posibilidad en la región, la mayoría de los pacientes de Salud Pública de Río Negro o del Ipross debían ser derivados a Buenos Aires.
García comentó que desde el Incucai estuvieron oficiando de nexo para lograr que las cirugías pudieran practicarse en la zona. Pero fueron las gestiones realizadas por la asistente social Alejandra Ramirez, de Cipolletti, las que permitieron dar el primer paso, según dijo uno de los médicos neuquinos ayer. “Romina es la primera”, aseguró.
El traslado de los pacientes a Buenos Aires acarrea “trastornos y sobre todo desarraigo”, considera el Incucai.
Es por eso que se está tratando de hacer un convenio formal con el Policlínico para que los pacientes de Río Negro -tanto de Salud Pública como afiliados al Ipross- no tengan que viajar a Buenos Aires para un trasplante renal, expresó el referente rionegrino del Incucai.
García reconoció que es “menos costoso” para la obra social o para Salud Pública porque la derivación a Buenos Aires implica otro tipo de gastos.
Los pacientes operados en Capital Federal deben permanecer como mínimo dos meses allí para realizarse todos los controles y por eso Salud Pública o Ipross deben darles alojamiento a los enfermos. También se hacen cargo de los pasajes.
El referente del Incucai afirmó que con Ipross, a diferencia de Salud Pública, hay menos inconvenientes para llegar a un acuerdo futuro con la clínica neuquina porque existe un fondo proveniente de un aporte solidario que realizan todos los afiliados que es posible utilizarlo para cubrir los gastos de las operaciones. Este fondo, dijo, se destina a casos especiales y complejos, como trasplantes y cirugías cardiovasculares, entre otros.
García reveló que una clínica privada está haciendo gestiones actualmente para empezar a hacer trasplantes de córneas. Los primeros trámites los hicieron hace unos cuatro o cinco años y ahora retomaron el proyecto.