Jueves 28 de agosto de 2003

Una carrera con prácticas que apuntan a la solidaridad

Para obtener el título de perito constructor hay que estudiar cuatro años y realizar varias tareas de construcción. Los alumnos del Centro de Capacitación de Técnica N4 cumplen una doble función: se capacitan y trabajan a beneficio de distintas instituciones.

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Las prácticas apuntan, al mismo tiempo, a formar al alumno y a hacer un aporte solidario.

VIEDMA (AV)- Ladrillo sobre ladrillo. Los alumnos del Centro de Capacitación Técnica N: 4 de Viedma estudian y dedican la mayoría de las prácticas a la solidaridad.

Varios ya cursaron el secundario, otros sólo tienen el primario y un número importante trabaja durante el día de albañil y en la noche afina los conocimientos. También se suman -aunque en un menor porcentaje- profesionales y mujeres. Entre ellos una médica, un contador y un agrimensor.

Las prácticas son el pilar principal de la carrera. En ese marco y luego de levantar tramos de pared para al día siguiente derribarla en el taller se tomó una decisión mucho más productiva para todos: realizar las prácticas pero con un sentido solidario. Levantar paredes, renovar veredas, pintar muros, pero donde haga falta. Fue así que se decidió la doble función de la práctica en apoyo de la necesidad.

De esta manera se trabajó en la misma escuela, en otros establecimientos educativos, municipales y provinciales con el consiguiente y significativo ahorro de mano de obra.

Perito constructor

La carrera tiene una duración de cuatro años y el título que otorga es el de perito constructor. Se ofrecen los conocimientos y destrezas para el desempeño en el ámbito de la industria de la construcción, ubicando al egresado en un escalón intermedio entre los arquitectos, ingenieros, capataces y albañiles especializados en obras. El título es similar al de un maestro mayor de obras, según explicó Carlos Casando, director del establecimiento nocturno que funciona en las mismas instalaciones que el colegio Industrial.

Los conocimientos son técnicos y prácticos y para quienes no completaron el secundario se le suman las materias correspondientes.

"Tienen una fuerte formación técnica en lo profesional pero después un contacto manual con la obra de tal modo que puedan relacionarse rápidamente", dijo el directivo al detallar que el título de perito constructor los habilita a construir edificios de planta baja, primero y segundo piso sin límite de superficie, así como las instalaciones de servicios, ser representantes técnicos y conducir obras de variada naturaleza.

En cuanto a las expectativas de los alumnos, Casano sostuvo que para muchos es una asignatura pendiente de un viejo afecto del pasado que hoy pueden concretar y para otros una posibilidad de hacer algo más relacionado con el manejo o conducción directa de la obra. Para las mujeres suele ser un aprendizaje con visión económica y práctica: resuelven problemas caseros que de otra forma deben contratar.

El director detalló que esta escuela tiene más de 30 años pero desde 1997 se le otorgó un funcionamiento autónomo En los últimos años la matrícula ha aumentado notablemente alcanzando los 250 alumnos actuales.

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