El cura Geoghan, condenado por pederastia, fue asesinado en prisión

BOSTON.- John Geoghan, el ex sacerdote del área de Boston condenado por violar menores y figura central del escándalo que ha estremecido a la Iglesia Católica estadounidense, murió ayer luego de ser atacado en la cárcel, según informó un funcionario La fuente oficial, quien pidió no ser identificado, aseguró que Geoghan resultó herido ayer en una reyerta en la prisión de Shirley, en Massachusetts, y falleció horas después en un hospital cercano Por su parte, el portavoz del departamento de Seguridad, David Shaw, informó que Geoghan murió poco después de ingresar en el Hospital Leominster de la capital de Boston. Shaw también manifestó que el otro recluso implicado en el incidente fue aislado y que las autoridades ya han abierto una investigación para esclarecer lo sucedido.

Geoghan, de 67 años, había sido encarcelado el año pasado, tras haber sido hallado culpable de abusar sexualmente de un menor Su muerte se produjo en momentos en que la Iglesia Católica ha ofrecido pagar 65 millones de dólares para resolver cientos de acusaciones de abuso sexual presentadas contra la institución El abogado Mitchell Garabedian, quien representa a varios hombres jóvenes que alegan haber sufrido abusos por parte de Geoghan, dijo que estaba sorprendido con la noticia. "Ellos (sus clientes) habría preferido verlo sufrir los rigores de dos juicios más y soportar el dolor de más sentencias de cárcel" Geoghan recibió la sentencia máxima de nueve a diez años de cárcel, pero se esperaba que sólo cumpliera seis Más de 130 personas habían presentado acusaciones contra Geoghan, alegando que abusó de ellos cuando era sacerdote en varias parroquias del área de Boston El caso de Geoghan había provocado en 2002 la renuncia del arzobispo de Boston, Bernard Law, quien ante las denuncias contra el sacerdote lo cambió de diócesis durante más de una década. Sin embargo, continuó acumulando casos de abuso sexual porque el arzobispo no sólo no lo denunció sino que tampoco le impidió que tuviera contactos con los niños que los padres católicos confiaban a la Iglesia para encarar su educación.