Domingo 10 de agosto de 2003

Proyectos de gobierno y calabozo de lujo

Fracasaba la navegación comercial del Limay -incluso de troncos desde el Nahuel Huapi-, pero se atenuaban los padecimientos carceleros de un corresponsal en

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La comitiva que despidió a Manuel Mujica en el Nahuel Huapi, enviado del Ministerio del Interior que aprobó el sistema de jangadas de hasta 5 por 20 metros y calaran no más de 8 pulgadas.

La del 29 de agosto de 1903, fue la primera noche de Carlos Bouquet Roldán en Chos Malal. El grupo de vecinos que participó del lunch de bienvenida, lo acompañó ese sábado hasta la casa de gobierno. Coreaban "vivas" como los que antes habían interrumpido su discurso. Pasaron por debajo de los arcos ornamentados de la calle 25 de Mayo, pero entre sombras, el gobernador apenas avistó los carteles que proclamaban "El pueblo de Chos Malal al gobernador Bouquet Roldán" y "Pide paz y justicia".

La crónica del corresponsal de El País apareció el 31 de agosto en Buenos Aires, y señaló que aquellos ornamentos "difícilmente podían leerse por la oscuridad de la noche" y, menos aún, el callejero retrato de Roca.

El domingo 30 sirvió a los recién llegados para reponerse del viaje y alistarse para asumir el lunes 31. El corresponsal de El País D'Achary tuvo desde entonces, pocos días para gozar un fugaz protagonismo sin conflictos. Tres semanas antes se había reincorporado a su suspendido cargo de secretario del juzgado letrado, Ceferino Quevedo, enemigo de D'Achary y que blandía amenazas en su contra. Sus notas de esos días constituyen el registro de las primeras jornadas del gobernador, pero de que el corresponsal seguía en campaña contra los hombres de Alsina.

Breve reportaje pionero

La asunción de Bouquet Roldán, según D'Achary fue a la "una pasada meridiano" del lunes 31 y "acto continuo" puso en posesión de su cargo al secretario Eduardo Talero. Los funcionarios almorzaron en la intimidad y unas "horas después concurrí a la gobernación encontrándome con el señor Roldán que dirigía los trabajos de la formación del inventario de las existencias de las distintas subdivisiones de las oficinas. Al preguntarle -continuó D'Achary- sobre sus impresiones respecto de las necesidades generales, me manifestó que necesitaba, para poder formar opinión exacta sobre el particular, tocar el punto referente a la repartición policial".

Los vecinos y aún los lectores porteños que seguían los sucesos neuquinos por los diarios a través de los despachos de los corresponsales en la región, sabían que el cambio de la cúpula policial desde el P.E. nacional, decapitó el sostén político de Alsina y provocó su renuncia. Perduraban vacantes de policías que renunciaron o fueron exonerados, y a raíz de ese desmembramiento es que Bouquet Roldán le comentó a D'Achary estar dispuesto a completar el plantel policial con el número que alguna vez había tenido. A la vez observó que "las cabalgaduras no respondían a las exigencias del servicio público por su escasez y mala calidad".

El gobernador -ex jefe de policía de Córdoba-, pensaba remediar esa falencia "por ser la policía la base fundamental en que se posarán los trabajos delineados para el progreso de esa extensa comarca cordillerana".

D'Achary no desperdició el informe destinado a su diario y cargó contra sus enemigos. Pretendía que el gobernador supiera quiénes acompañaban el poder lugareño y seguían en sus puestos. "Se espera con viva esperanza -disparó el corresponsal- que el ministro de la Guerra provea de una vez a lo solicitado por la mayoría de los vecinos de esta capital, sobre la traslación del comandante Montiel, como condición indispensable para la estabilidad del nuevo orden". Quevedo y Montiel necesitaban acallar a D'Achary. Es cierto que el primero había trompeado al juez Pardo -desde entonces en uso de licencia-, pero tenía buenas migas con el suplente, doctor Lavieri.

Fracasan los troncos

Bouquet Roldán podría conseguir más nombramientos, pero más difícil sería cumplir su anhelo de hacer navegable el Limay, esto es, procurarle a los escalonados vecinos, un viaje comercial eficaz. A una semana de su asunción, La Prensa publicó -el lunes 7 de setiembre- que a Paso Limay "llegó el vaporcito Alejandro, después de 40 días de navegación desde Neuquén a esta, en un trayecto de 60 leguas". Ni la potencia de los motores era suficiente, ni existía garantía alguna para evitar averías durante el trayecto, por lo que el viaje era una aventura riesgosa. Para ese 7 de setiembre, precisamente, acababa de pasar por Paso Limay el señor Voss de l empresa de maderas del Neuquén, acompañado de Luis Horn, de la casa Hube y Achelis. El primero confiaba aún que el transporte en jangadas de "arreo fluvial" traería buen rédito comercial y mereció una nota gráfica Caras y Caretas (que ilustra esta página). Pero en ese tramo, el experimento de llevar troncos de los bosques andinos río abajo, acababa de registrar uno de sus primeros fracasos. (En sentido favorable a ese sistema se pronunció Manuel Mujica, enviado del Ministerio de Agricultura, al Limay y al Nahuel Huapi).

Fue junto al río que el 8 de setiembre de ese año 3 un corresponsal viajero de La Prensa pidió al recién incorporado empleado Espoile -reemplazó al telegrafista Reguera de la oficina de Paso Limay-, emitir un despacho. Trasmitido a la redacción del diario, señalaba que los "señores Hube y Achelis del lago Nahuel Huapi (en realidad sólo viajaba el gerente Luis Horn a nombre de aquellos), conducían una balsa de madera que iba como muestra por el río Limay para Neuquén y antes de llegar a Traful se deshizo y perdió casi toda la madera. No hubo desgracias".

La noticia demoró en llegar a manos de Bouquet Roldán entre una lluvia de reclamos. Una de ellos derivaba de la proximidad de la primavera que ponía molestos a los comerciantes de la región. Los de Paso Limay decían pagar patentes como acopiadores y vendedores, en total 230 pesos, contra sólo 10 que cobraban a los ambulantes. Estos aparecían como una plaga con la tibieza primaveral y no tenían gastos de instalación durante todo el año. En síntesis: esos mercachifles constituían una competencia ruinosa.

Mientras tanto, el lunes 7 de setiembre, pero en Chos Malal, los enemigos de D'Achary ganaban una partida. Lo telegrafiado a El País, fue publicado el martes 8 bajo el siguiente titular: "Detención abusiva de nuestro corresponsal. Nuevo atropello" y en su texto, la víctima entre rejas denunciaba: "En este momento acabo de ser constituido en prisión por el juez letrado suplente, doctor José Lavieri, ignorando cuál será la causa. Así principia aquí este magistrado, conocido ya por los escándalos que no ha mucho preocuparon a la prensa de esa". Clamaba para que el ministro de justicia librara a todos de "estos elementos" portadores de la discordia contra el vecindario. Señalaba que esos "procederes son venganzas de Quevedo, acusado ante la justicia penal y de Manuel Montiel, del regimiento 7 a quien el ministro de la guerra debió sacar hace mucho por inútil e incapaz. Estos son los mismos que inducen al juez Lavieri a proceder inconscientemente de esta forma, nuevo atropello llevado contra el corresponsal de El País. Se atribuye esto a que este diario combatió con energía defendiendo al Neuquén cuando se había implantado el régimen del gobernador Alsina...".

Y continuó: "Ya que tenemos un gobierno honrado y laborioso como el del señor Bouquet Roldán queremos y pedimos un juez de iguales condiciones...". Rogaba sacar a los cabecillas que "tienen al pueblo con el Jesús en la boca" y los enumeraba: comandante Montiel, capitán Bravo, Quevedo, Darocha y Delfino. A ellos atribuyó, dos días después, la separación del defensor de menores Cruz E. Costa.Ese miércoles 9 alertó: "En este momento he sido llamado al juzgado y se me acusa de desacato fundado por nota que se había hecho pasar con el oficial de justicia. Mañana solicitaré mi excarcelación bajo fianza". D'Achary agradecía en esa nota -del 10 de setiembre- las atenciones recibidas por el jefe de policía Luján y el director de la cárcel Juan King, "que me dispensa toda clase de atenciones". Para el inclaudicable D'Achary, la cárcel sería una fastidiosa recurrencia pero, en esos días, un presidio de lujo.

fnjuarez@interlink.com.a

Curiosidades

• Reveses para Cámpora. "El apreciado vecino José Cámpora ha tenido la desgracia de perder a su hijito José Antonio", comentó La Nación del martes 11 de agosto de 1903. Cámpora sufriría, pocos después, otro revés: el secretario letrado Dr. Ricardo Ortiz, querellado por Cámpora por intento de asesinato, fue sobreseído definitivamente.

• Vapores barilochenses. Según La Nación del mismo 11, pasó por Bariloche "el gerente de la empresa maderera del Neuquén señor Voss inspeccionado los trabajos y el lanzamiento del nuevo vapor" en el lago.

• La vuelta de Ceferino. El autoproclamado masón y secretario letrado de Chos Malal, escribano Ceferino Quevedo, retomó su cargo el 11 de agosto del año 3.

• Pánico en Patagones. Sucedió a las 5.50 pasado meridiano del jueves 13 de agosto de 1903. Un gran bólido cruzó el cielo "en dirección al puerto de San Antonio" -La Prensa del 14-, gigante meteoro que "alumbró a esta población, dejó en el horizonte una espesa nube...y causó pánico..."

• Chau sarampión. La Prensa del domingo 16 de agosto de 1903 anunció el regreso a clase en Bariloche después de una semana de receso por una epidemia de sarampión. Por intervenir en la testamentaría de Martín Caravanette, se denunció al juez de paz Beovide.

• Cámpora controvertido. El corresponsal de La Prensa en Choele Choel, José Cámpora, era bien tratado por La Nación y otros medios, pero El País del 13 de agosto de 1903, dijo: "Finalmente fue nombrado José Cámpora representante legal por el Consejo Nacional de Educación ante el juzgado letrado de ésta", pero lamentaba el nombramiento "por ser una persona de malos antecedentes".

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