Miércoles 6 de agosto de 2003

Cómo se evalúa inmunológicamente la desnutrición de los chicos

La medición del nivel de inmunoglobulina A secretoria y la ecografía del timo constituyen parámetros inmunológicos que se obtienen por métodos no invasivos y que informan rápidamente sobre el estado nutricional de un paciente.

 

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Si un chico desnutrido no recupera su inmunidad, cuando vuelve a su medio, a condiciones higiénico-sanitarias y alimentarias deficientes, ésta cae nuevamente, repite el cuadro y vuelve al hospital.

La crítica situación económica es causante de diversos grados de desnutrición en todas las capas etarias. Más allá de los casos documentados por la prensa, todos los días ingresan a los hospitales del país bebés con cuadros infecciosos instalados a partir de la malnutrición. "Ni bien llega al nosocomio, el niño es evaluado desde el punto de vista antropométrico. Se toman las medidas de las dimensiones del cuerpo, el talle y el peso. Asimismo, las nutricionistas se encargan de hacer anamnesis alimentaria: investigación sobre los nutrientes que está recibiendo. Estos datos le informan al médico si el chico está desnutrido, si es un proceso agudo o crónico, o si es una secuela de una desnutrición pasada", sostiene la doctora Anabel Nora Pallaro, docente e investigadora de la cátedra de Nutrición de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA.

En general, se comprueba que hay una superposición de la infección sobre la desnutrición, ya que la alimentación deficiente (tanto como la excesiva) afecta los mecanismos del sistema inmune. "Por lo tanto, hay que corregir simultáneamente ambos problemas. Porque si ese chico no recupera su inmunidad, cuando vuelve a su medio, a condiciones higiénico-sanitarias y alimentarias deficientes, ésta cae nuevamente, repite el cuadro y vuelve al hospital. Y está demostrado que sucesivos reingresos terminan provocándole la muerte", afirma la especialista.

Otra forma de evaluación del compromiso nutricional y del éxito del tratamiento es a través de las pruebas inmunológicas. Si bien la inmunología demanda aparatología específica que suele ser costosa, hay indicadores que pueden efectuarse en el laboratorio de rutina: recuento de glóbulos blancos, de leucocitos totales, nivel de inmunoglobulina y de inmunoglobulina A secretoria. "Esta última se obtiene con una técnica muy sencilla, ni cruenta ni invasiva, a partir del análisis de una pequeña porción de saliva. La saliva es la primera barrera inmunológica y la cantidad de inmunoglobulina da un indicio del grado de protección que tiene el niño. Si su concentración es baja, significa que el sistema inmune no está fabricando la suficiente para defenderse y tendrá un pronóstico más crítico", manifiesta Pallaro.

Si bien los análisis de rutina relativos a la inmunidad se solicitan, no suelen tenerse en cuenta desde el punto de vista nutricional. "A nosotros nos han dado información muy precisa al evaluar personas nutricionalmente comprometidas como los pacientes con sida o con trastornos de la alimentación (anoréxicos, bulímicos u obesos) o con intervenciones complejas", relata la especialista.

 Medición ecográfica del timo

Otra evaluación simple y no invasiva, es la medición ecográfica del timo. Este órgano es el espacio donde madura la mayor parte de los linfocitos T que llegan de la médula, antes de su incorporación al torrente sanguíneo donde cumplen la función de vigías. "Es primordial que el timo sea funcional y esté en adecuadas condiciones en la niñez. Está probado que la subalimentación lo atrofia. Y si el timo está atrofiado, los linfocitos T no maduran y no pueden llevar a cabo la respuesta inmune", sostiene Pallaro De hecho, las relaciones entre las dietas y la funcionalidad del timo en un modelo experimental (con ratas) es el tema de su tesis y la investigación de su equipo. Han comprobado que a medida que disminuye el peso del timo, disminuye la madurez, disminuye la proliferación celular y se altera la actividad de las enzimas del órgano La ecografía permite comprobar esta reducción del timo. "Lamentablemente, a pesar de que en muchos centros médicos existe disponibilidad de un ecógrafo, no suele utilizarse para esta medición. Desde 1988 estamos en contacto con un grupo de investigadores franceses que han hecho trabajos de campo en distintas partes del mundo donde hay poblaciones desnutridas. Ahora están cerca, en un centro de rehabilitación inmunonutricional en Cochabamba, Bolivia. Allí, a través de ecografías, están comprobando en chicos lo que nosotros hemos visto en el modelo experimental: un timo atrofiado, con una morfología muy alterada y con un tamaño muy pequeño indica que la funcionalidad del órgano está alterada", dijo. Establecido el diagnóstico, se impone el tratamiento inmediato. "Si el niño se rehabilita nutricionalmente, el timo vuelve a repoblarse. No existen garantías de que sea en un 100%. Eso depende de la malnutrición previa. Si ha sido muy severa y durante un largo tiempo, así como otros parámetros no se recuperan, probablemente tampoco se recupere la inmunidad. Pero, si se trata de una desnutrición moderada, con una terapia de rehabilitación nutricional que incluya algún nutriente inmunoestimulante, la situación puede revertirse", afirma.

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