La semana en Bariloche

Razones de la equidad

Para desilusión de muchos (y pese a la abundancia de partidos que se presentan a la elección municipal) el tramo final de las campañas evoluciona sin la aparición de propuestas ni estrategias novedosas que rompan con el folklórico trajinar sobre los temas de siempre.

Todo un síntoma es el aviso televisivo del MARA que busca convencer votantes burlándose justamente del tráfico de plataformas y las promesas absurdas.

Hasta ahora las referencias de los candidatos han girado en torno de la obra pública, el orden administrativo, el estímulo a la participación ciudadana y la eficiencia en la prestación de los servicios. Cuando se pregunta por los "grandes temas estratégicos de la ciudad", el discurso remite casi invariablemente a la necesidad de municipalizar el cerro Catedral, mejorar la oferta turística y construir el Centro de Convenciones.

Pero hay una cuestión casi fantasmal, que hasta ahora no tuvo suficiente presencia en el mensaje de los distintos partidos, a pesar de que en muy poco exigirá definiciones claras y acciones puntuales del gobierno municipal: la nueva ley provincial de coparticipación.

El proyecto del Ejecutivo provincial ya arraigó con firmeza en la Legislatura provincial, al punto de que consiguió dictamen de la comisión de Presupuesto y el veranismo pretende apurar su tratamiento apenas pasen las elecciones. Legisladores de todos los bloques (incluso los oficialistas) admiten que el texto tiene ganadores y perdedores. Y que entre estos últimos el más perjudicado es el municipio de Bariloche.

Los veranistas matizan ese juicio alegando que el desequilibrio "será momentáneo y se irá corrigiendo con el tiempo", para lo cual está previsto "un fondo compensador" por afuera de las alícuotas, que supuestamente permitirá que ninguna localidad "reciba menos dinero que con el esquema hoy vigente".

Pero entre los bloques opositores circulan estimaciones según las cuales Bariloche sufre un severísimo recorte de ingresos. Hoy le toca el 17,9 por ciento de los fondos coparticipables y con el nuevo reparto bajaría al 15,1 por ciento. De modo que aunque la torta se agrande porque desaparecerán los topes impuestos por la vieja ley 1946 (sancionada por Massaccesi), los ingresos de Bariloche caerían unos 90 mil pesos por mes (según un informe técnico del MPP) o hasta 125 mil pesos (según el PJ).

Según el proyecto surgido de la usina de ideas veranista, el criterio de distribución apoya en un 88 por ciento en la cantidad de habitantes de cada municipio y otro 12 por ciento se reparte en cuotas equivalentes.

El Deliberante en pleno y el intendente Alberto Icare (socio electoral de Verani) firmaron el mes pasado una resolución en la que piden un amplio debate y advierten que el nuevo régimen de coparticipación debería contemplar (entre otros parámetros) la proporción de habitantes con necesidades básicas insatisfechas, la superficie de cada ejido, la condición de ciudad turística y ciudad de frontera y especialmente el nivel de recaudación provincial en cada localidad.

Este último factor es particularmente sensible en Bariloche, ya que los contribuyentes locales aportan alrededor del 25 por ciento de los impuestos rionegrinos, pero la ciudad recibe una porción muy inferior en el reparto.

Desde el gobierno provincial han repetido una y otra vez que la nueva ley no saldrá sin consenso previo de los municipios. Pero aún así el proyecto avanzó en las comisiones sin que nadie repare en ese requisito. Si no es una presión, se parece mucho. Queda por ver cómo influirá el resultado de la elección en los planteos que el municipio local llevará a Viedma. Hasta ahora ni Icare ni los aspirantes a sucederlo han dado señal de haber estudiado el tema a fondo. Deberían recordar que de los ingresos que aporte la coparticipación dependerá el futuro de la obra pública y otros proyectos largamente esperados por la ciudad.

El análisis de esta cuestión aparece así como una ocasión inmejorable para aquellos que, cansados de tanta banalidad, añoran discutir cuestiones "de fondo" y bajar a la napa donde nacen los problemas.

Daniel Marzal