Un comedor para el barrio Vidriera

ALLEN (AA).- La falta de un comedor comunitario fue la gota que colmó el vaso para los vecinos del barrio Vidriera de Allen, un pequeño poblado que se extiende en forma aledaña a la ruta provincial 65 y hoy es uno de los sectores que se siente más marginado en la localidad.

Es que, si bien desde hace por lo menos tres décadas las primeras familias se asentaron en aquellos terrenos y la población actual supera las doscientas personas, en el barrio aún no se cuenta con ningún tipo de servicios públicos Esto equivale a decir que alrededor de medio centenar de casitas que se erigieron sobre "tierras usurpadas", según se apuntó desde el municipio, aún viven bajo un régimen de vida como el de antaño: sin agua potable, luz eléctrica ni gas.

La gran mayoría de las familias, en general con varios niños a cargo, se las arregla como puede para pasar las altas temperaturas del verano y también las épocas de frío invernal.

¿Cómo se las arreglan sin el agua potable, que es esencial?, se les consultó: "caminamos, algunos dos cuadras, otros más para ir a buscar el agua a una canilla pública que está a la entrada de la pasarela. Ahora estamos bien porque pusieron esa, pero antes teníamos que caminar más de siete cuadras con los baldes", comentó Amelia Urrumil, una mujer del lugar. "A veces cuando no nos alcanza traemos del canal para lavar", agregó una vecina.

En cuanto al frío, la leña y las garrafas juegan un rol esencial para calefaccionar los humildes hogares, muchos de ellos levantados con un poco de ladrillos, maderas y mucho esfuerzo propio. Para tener luz, las velas -sólo al alcance de los que pueden- están a la orden del día en el barrio Vidriera.

Los vecinos del sector reiteraron sus reclamos por todas estas graves carencias con las cuales les toca convivir a diario. Sin embargo -agobiados por el paso de los años- en los últimos días encabezaron una nueva protesta que persigue un fin específico: poder abrir un "comedor comunitario para los chicos del barrio", según comentaron.