Dicen que el financista Monti no cometió delito

El fiscal propuso el sobreseimiento en el caso del asesor financiero.

Hace cuatro años, manejaba fuertes sumas en colocaciones de riesgo.

Tras una inspección de la AFIP desapareció y no devolvió la plata

NEUQUEN (AN).- La fiscalía pidió el sobreseimiento de Néstor Dervi Monti, un asesor financiero que hace cuatro años dejó sin respuestas a un número indeterminado de ahorristas que le confiaron fuertes sumas de dinero. Su conducta, de acuerdo con el fiscal que lo investigó, no encaja en ninguna figura delictiva.

Uno de los argumentos centrales de la fiscalía es que no pueden sentirse estafados quienes le entregaban fuertes sumas de dinero a Monti, y recibían a cambio jugosas ganancias por encima de las que pagaba el mercado oficial, sin preocuparse en qué invertía los fondos ni cómo hacía para obtener tan importantes intereses.

Dice el dictamen del fiscal Alejandro Cabral, al que accedió este diario: "Difícilmente quien concurría al estudio de Monti y entregaba importantes sumas de dinero, documentadas sólo mediante la entrega de simples pagarés, percibiendo a su vez altos dividendos -que excedían los que ofrecía cualquier entidad oficial o privada- desconocera el efectivo destino de su aporte. O, en su caso, si realmente lo desconocía, era porque no le interesaba conocerlo. En este aspecto, las condiciones personales de los denunciantes -profesionales o empresarios- hacen difícil suponer que fueran víctimas de un despliegue ardidoso determinante del error".

El caso Monti saltó a la consideración pública en junio de 1999, cuando la AFIP-DGI allanó sus oficinas en la diagonal 9 de Julio. Allí comenzó el ocaso de un agente bursátil que, según versiones nunca confirmadas oficialmente, manejaba fuertes sumas de dinero de empresarios, dirigentes políticos y funcionarios judiciales.

Si no fuera una broma cruel, podría decirse que fue un precursor del "corralito" que dos años después harían padecer a miles de argentinos. Cuando Monti desapareció de los lugares que solía frecuentar, un puñado de ahorristas presentó una denuncia en su contra que ahora podría ser archivada por inexistencia del delito.

En el dictamen fiscal se mencionan cuatro casos (los nombres serán preservados).

Uno de R.C., quien después de esa inspección por presunta evasión tributaria sólo logró de Monti le devolviera parte del dinero en cheques de terceros.

Otro es el caso de L. S., quien le confió 25.000 pesos, documentados en 3 pagarés, por una contraprestación mensual del 4 por ciento del capital en concepto de intereses, cobrando mensualmente mil pesos. Cuando quiso retirar el capital, Monti le entregó tres cheques de una cuenta cerrada.

El caso de A.C. es similar. A fines de 1998 le entregó 65.000 pesos, y cuando intentó retirar el capital y los intereses, Monti le habló de sus problemas financieros. Le entregó cuatro cheques que no pudo cobrar porque la cuenta estaba cerrada. El último caso es el de U.B., quien le entregó 100.000 pesos que nunca recuperó.

El fiscal señaló que en estas operaciones "no se tributaban los impuestos correspondientes, omisión que no sólo es dable atribuir a Monti, sino también a quienes a sus servicios recurría".

Añadió que "el desmedido afán de lucro (de las víctimas) resulta determinante para el entendimiento de los procesos desarrollados".

"De aceptarse que ha existido un engaño por parte de Monti, y por ende, una estafa en la que los denunciantes no han participado, estaríamos avalando en cierta forma el mercado de la usura, pues dicho dinero trabajado en la forma que se menciona, era necesariamente destinado a préstamos con intereses totalmente desproporcionados con la prestación y con los utilizados en la plaza para este tipo de operaciones", concluye el fiscal.