ENTREVISTA: Daniel Filmus, ministro de Educación

"El sistema educativo cayó en Río Negro y Neuquén"

"La última década ha sido catastrófica, pero no todo está perdido", sostiene el ministro de Educación. De

Daniel Filmus admite que aún no pudo completar todos los cargos en su ministerio.

BUENOS AIRES (ABA).- Asumió hace 70 días y no puede terminar de lanzar la gestión. "Desde que asumimos estamos tapando agujeros. Tuvimos que viajar por las provincias para resolver conflictos urgentes, para levantar paros, para que comiencen las clases. Todavía no pude siquiera poner en funciones a todo mi equipo en el Ministerio. Mucho menos pude definir políticas educativas. Pero por ahí pasa la prioridad. No quiero que esto se transforme en un ministerio de urgencias. Acá hay que fijarse también objetivos programáticos, una idea educativa que sirva al país", dijo Daniel Filmus, ministro de Educación de la Nación.

Las prioridades básicas son lograr que todos los alumnos del país tengan un mínimo de 180 días de clases y conseguir que los chicos reúnan al menos 10 años de escolaridad. "El gran problema es que debemos enfrentar desafíos del siglo XXI con una base que parece más bien del siglo XIX. Entonces, ahora tenemos el reto de incluir a chicos casi analfabetos a la enseñanza cibernética. Es una meta muy difícil", reconoce el especialista en educación, convocado por el presidente Néstor Kirchner para su gabinete.

- Usted viene de ser secretario de Educación en la ciudad de Buenos Aires, donde tenía a su cargo la gestión de 3.000 escuelas. Ahora, en el ministerio de La Nación, no tiene escuelas bajo su órbita. ¿No siente que encabeza un Ministerio vacío?

- No, para nada. Es cierto que antes tenía una relación diaria con los alumnos y los docentes y ahora tengo una función más burocrática. Este ministerio es más bien un ministerio de concertación. Pero eso lo hace también interesante. Porque tenemos que restituirle a la educación la importancia que se merece. Durante los últimos años, desde que Menem transfirió todas las escuelas a las provincias, esta cartera recibió muchos cuestionamientos. Hoy, parte de nuestro desafío es restablecer la imagen de este ministerio. Para eso, debemos establecer una política seria de educación. Y queremos hacer una amplia evaluación de los niveles educativos de los alumnos en todos los distritos, para saber dónde estamos parados y tratar de igualar hacia arriba - ¿Cuáles son las provincias mejor posicionadas y cuáles las peor posicionadas en lo que respecta al nivel educativo?

- Hay coincidencia absoluta con los indicadores socioeconómicos de las provincias. Los niveles educativos son muy flojos en las provincias del norte. Y mejoran sustancialmente en las provincias del centro. Los mejores desempeños se encuentran en la Capital, en Mendoza, en Córdoba, en Santa Fe. También hay buenos resultados en La Pampa y en Santa Cruz.

- ¿Cómo están en ese ranking Río Negro y Neuquén?

- Tienen un nivel similar entre ellos, y están en un nivel medio. Son distritos con una tradición educativa de alta calidad, pero que han sufrido una decadencia en los últimos años.

- ¿Es recuperable aquella tradición?

- Yo creo que todavía estamos a tiempo de levantar. Pero hay que comenzar e proceso de recuperación ya. La última década ha sido catastrófica para la educación, aunque no está todo perdido. Con un trabajo serio, se puede mejorar - Ultimamente se percibe una revalorización de las culturas aborígenes en la educación, ¿eso puede retrasar el ingreso a la educación al siglo XXI de la cual hablaba?

- No, al contrario. Es cierto que ahora tenemos algunas escuelas bilingües, en determinadas regiones, donde los alumnos aprenden castellano y la lengua originaria de su comunidad. Pero las estadísticas comprueban que aquellos chicos que dominan dos lenguas, el castellano y una lengua aborigen, después tienen más facilidades, por ejemplo, para aprender el inglés. Por otro lado, a veces ni siquiera se puede poner en debate si está bien o mal conservar la lengua original, porque no queda otra. En algunos lugares los chicos siquiera entienden el castellano. Hace poco, en una escuela marista del Impenetrable chaqueño, tuve que usar un traductor para que me entendieran

Inversión o gasto 

Mientras discute un aumento del presupuesto educativo para el año que viene con Roberto Lavagna, ministro de Economía, Daniel Filmus busca formas ingeniosas de hacerse de fondos para el área. Esta semana propuso canjear parte de la deuda externa por mayor inversión en educación.

"Esta sería una oportunidad para dar vuelta la situación educativa del país, haciendo que esos fondos lleguen a los que más los necesitan. La educación debe ser una inversión y no un gasto", afirma.

Si el objetivo primario que se propuso el ministro es lograr que los chicos reúnan 10 años de escolaridad con al menos 180 días de clases por año, sabe que eso es necesario pero no suficiente. "El objetivo real, y primordial, es que podamos enseñarle a cada chico lo básico para facilitarle la vida, para que consiga trabajo, para que pueda seguir trabajando, para que se desenvuelva en la sociedad. Después, como otro objetivo fundamental, está mejorar la calidad educativa" - Pero en esta Argentina con tantas urgencias, la educación ni siquiera parece una necesidad básica, cuando los chicos muchas veces no tienen siquiera qué comer...

- Ese es uno de los mayores problemas que tiene la escuela de hoy: hay una fuerte presión para resolver los problemas sociales. Y eso se nota en los docentes, que no saben si son maestros o asistentes sociales. El cálculo da resultados tremendistas: si el 50% de los argentinos es pobre, entre los chicos ese porcentaje sube al 60%. Eso complica las cosas. Porque hay una imposición muy fuerte para que la escuela resuelva el problema primario del hambre. Parece que a la escuela se va a comer. Pero, por más que demos de comer, el fin de la escuela debería seguir siendo el mismo de siempre: a la escuela se va a aprender  

Gónzalo Alvarez Guerrero