El cerro Bayo mantiene sus atractivos

La alta temporada dejó paso al relax, mientras la escuela de esquí cría adeptos.

También preparan una excursión con raquetas para que se prenda toda la familia.

Las caminatas con raquetas ganan adeptos, aunque quienes lo intenten seguramente sufrirán alguna que otra caída.

VILLA LA ANGOSTURA (AVLA) - Cuando la temporada alta queda atrás, los que sacan partido en el cerro Bayo son los residentes en la zona y los turistas que tienen el privilegio de poder diferir unos días su descanso invernal sin inconvenientes.

La montaña se ofrece así sólo para ellos, sin "colas" en los medios de elevación ni amontonamientos en los refugios a la hora de comer, el ritmo es más relajado y el personal de los distintos sectores, si bien habitualmente son cordiales, pueden tomarse el tiempo necesario para un trato más personal.

De esas ventajas se disfruta por estos días, especialmente después que la nevada del miércoles pasado cubrió de blanco hasta la base del complejo.

El fin de semana estuvo especial y todas las pistas mostraron buena actividad, con particular movimiento en el sector principiantes.

Allí, la escuela de esquí del Club Andino Villa la Angostura, prosigue su tarea de introducir a los niños en los secretos del deporte. Jimmy Stewart, instructor, fue entrevistado por "Río Negro" cuando dirigía a una hilera de pequeños de sólo seis años calzados con sus tablas y protegidos con cascos, de cualquier caída. Comentó que trabajaron muy bien durante toda la temporada y que los grupos, con chicos de entre 6 y 12 años se forman teniendo en cuenta la edad y el nivel de esquí.

Resaltó el trabajo de "clínicas" que se está realizando, donde sus otros compañeros instructores corrigen a cada esquiador su técnica en base a la observación individual de potencialidades y defectos.

En otro sector de la montaña, la gente que comanda Sergio Brothers ofrece, por ejemplo, los paseos en el bosque con raquetas de nieve.

La excursión dura alrededor de una hora, cuesta 18 pesos por persona, y es ideal para realizar en familia o en grupos porque se presta a los juegos con la nieve y se adapta casi a cualquier edad y condición física del participante. De todas maneras, hay que disponerse a sudar y soportar las bromas por una que otra caída inevitable.

Mariano Pascolat, de brillantes ojos negros y envidiable bronceado, es uno de los jóvenes guías que em

pieza por ayudar a cada uno a calzarse la "raqueta". Se trata de un adminículo de plástico, muy liviano y de forma ovalada aunque mucho más grande que el pie, al que se ajusta firmemente con correas. Unos dientes de aluminio, situados en la punta, ayudan a clavarse y avanzar mientras el resto hace de soporte y deslizador para aventurarse en zonas de nieve profunda, donde no hay senderos y donde, de otra manera, un cuerpo puede hundirse hasta el muslo. Un bastón completa el equipo.

La caminata comienza directamente adentrándose en el bosque sin otra consigna que moverse libremente detrás del guía. Hay que bajar empinadas pendientes y sortear arbustos y troncos de árboles caídos cubiertos de nieve, pero en general se mantiene la altura,lo que facilita la cosa.

En seguida las apuestas surgen solas: "El que se cae paga el chocolate para todos al volver al refugio", grita uno, proveniente de San Antonio de Padua, Buenos Aires, junto con otras parejas.

Al final, de cumplir con el desafío, todos debieron haber invitado con la dulce bebida caliente al resto porque no hubo uno que se salvara de rodar en la mullida y fría nieve, inclusive una lugareña que la jugaba de experta.

Incomparables vistas del Nahuel Huapi, del bosque de lengas -sin una hoja pero cubiertas de barbados líquenes-, de las pistas en perspectiva y hasta de pequeñas huellas de animales sobre el blanco resplandeciente forman parte de los atractivos de esta opción que no requiere de mayores audacias.