Martes 12 de agosto de 2003

"Gobierno pero sin partido adentro"

Según los candidatos, los rionegrinos quieren que el próximo gobierno tenga apoyo partidario, pero que a su vez mantenga fuerte autonomía para manejar los intereses de la provincia. El amiguismo en las designaciones es otro tema en cuestión. "Yo agarro Economía, pero el partido afuera", le dijo Crocceri a Saiz.

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Croceri: mando yo...

La preocupación no figura en las encuestas Pero late y se expresa en los contactos que los candidatos a gobernador de Río Negro tienen con la gente: ¿cuánta autonomía tendrán de sus propios partidos para pensar menos en ellos y más en la provincia?

Sin bien el interrogante se desliza hacia el conjunto de los candidatos con mayores posibilidades de triunfar en las elecciones generales, no escapa que el tema atañe esencialmente a radicales y peronistas.

No por estar en posición de lograr el poder, sino porque ambos partidos tienen una dilatada historia de internismo, ámbito donde se expresan intereses y presiones que suelen tornarse poco aconsejables a la hora de gobernar.

De los datos recogidos por este diario se extrae que el Movimiento de Acción Rionegrina y el Frente Grande están ajenos a esas conductas.

Son fuerzas con poco pasado. Y con una vida interna muy atemperada. De ahí que no sea aventurado afirmar que de llegar al gobierno cualquiera de ellas, están en condiciones de amortiguar presiones alentadas en su frente doméstico.

Pero la experiencia dice que a muy pocas horas de un triunfo electoral, esas conductas se manifiestan abiertamente.

-No bien se gana una elección, todos los que colaboraron se sienten en la necesidad de pasar por ventanilla a cobrar, no plata, sino favores -comentó ayer un veterano dirigente político.

Y acotó:

-Si en ese mismo instante no se dice "no", empiezan a filtrarse intereses que finalmente terminan dominando la estructura partidaria... Los asume el par

tido como tal y es historia repetida.

La intromisión del partido en el sistema de decisión del Ejecutivo es una cuestión que promueve advertencias provenientes incluso de eventuales candidatos a ministros.

Se sabe, por caso, que Alberto Croceri, seguro titular de Economía si el radical Miguel Saiz gana la gobernación, ya emitió su opinión:

-Yo agarro, sí... agarro, pero quiero al partido fuera del ministerio y nada de imponerme funcionarios: yo llevo mi equipo, y si hay un radical que cuadre, adentro. Pero no quiero presiones de ninguna índole! -le dijo Croceri a su amigo Saiz.

Para el futuro ministro de Educación de un eventual gabinete peronista, Pablo Bohoslavsky, "los rionegrinos tienen muy internalizado que entre el amiguismo primando en las designaciones y las presiones del partido en función de éste o aquel tema, un gobierno puede rápidamente desmejorar su imagen".

-La gente percibe que este fenómeno está latente... que por lo demás, en parte es consustancial a la cultura política del radicalismo. Hay un solo antídoto para evitarlo: trabajar desde el primer día con el conjunto de la provincia -acota Bohoslavsky -El verticalismo que define a Verani en el ejercicio del poder y la propia cuota de poder que manejó por años, condicionaron al partido, pero alentaron un mundo de alianzas y compromisos que deterioraron la posibilidad de un manejo más amplio y eficiente del gobierno para con el conjunto de la provincia -entiende Graciela Di Biase, candidata a vicegobernadora por el Frente Grande.

-Nosotros ganaremos con las manos libres -acota.

Y en el MARA se repite lo mismo.

Incluso lo de ganar.

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