Lunes 18 de agosto de 2003 | ||
Una población en riesgo Por Martín Lozada Especial para "Río Negro" El Polo Petroquímico de Dock Sud, ubicado en el corazón del partido de Avellaneda, aloja al complejo industrial petroquímico más grande de la Argentina. Fue construido hace 80 años y se extiende a través de 261 hectáreas, la mayor parte ganadas al río de la Plata gracias al relleno de basura y desechos de todo tipo. El Polo genera el 5% del PBI de la provincia de Buenos Aires y se integra por empresas como Shell, Repsol-YPF, EG3, Indupa y Union Carbideuno. Aunque también concentra a plantas de tratamiento químico como Meranol y los hornos de residuos peligrosos de Trieco. Pero no todo son industrias en esta área de Dock Sud. A escasos metros del polo petroquímico se encuentra emplazada la denominada "Villa Inflamable", un barrio donde viven aproximadamente cuatro mil personas que desde hace años se hallan expuestas a los efectos contaminantes del plomo, cromo y arsénico. Recientemente se dieron a conocer las conclusiones del primer estudio epidemiológico y ambiental sobre los niveles de contaminación de la zona, financiado por la Agencia de Cooperación del Japón. Así sabemos, entre otros datos, que la mitad de los chicos examinados de entre 7 y 11 años están contaminados y en riesgo por niveles de plomo en sangre superiores a los tolerables El trabajo de monitoreo y medición indicó también que la presencia de hidrocarburos en el aire de la "Villa Inflamable" es 8 veces más alta que en La Boca y que su población respira durante todo el día 15 gases distintos que pueden ser cancerígenos. A fin de que se investigue el origen de algunas de esas sustancias la comuna de Avellaneda acaba de presentar una denuncia penal en los tribunales de Lomas de Zamora. Si para algo ha servido el estudio realizado es, fundamentalmente, para demostrar cómo se eluden impunemente el control estatal y las más elementales normas de cuidado ambiental. Los organismos que tienen competencia para intervenir son la Secretaría de Política Ambiental bonaerense y la Administración Portuaria. Además, la Prefectura Naval Argentina tiene la obligación de prevenir la contaminación de las aguas por vertido de hidrocarburos. Sin embargo, es poco o nada lo que se ha hecho hasta el presente. La indefensión que experimentan los vecinos quedó plasmada hace ya bastante tiempo. Corría el año 1993 cuando, como consecuencia de un escape de gas cianhídrico que se filtró por los desagües cloacales, murieron siete personas. Ocho años después, pese a las tareas de esclarecimiento, prevención y propaganda organizadas por los vecinos de Dock Sud, no se ha logrado determinar ningún grado de responsabilidad penal entre los directivos de las empresas del Polo o las autoridades de fiscalización El deterioro en cuestión debe leerse a la luz de la internacionalización de la economía y de la expansión transnacional de las empresas energéticas. Dicho movimiento no sólo responde al afán de multiplicación de sus ganancias, sino que también se lo efectúa para alejar de los países centrales a los efectos contaminantes. Prueba de ello es que dos de las compañías instaladas en Dock Sud, la Royal Dutch Shell y Union Carbide, cuentan con un pasado en el que los desastres naturales en países del Tercer Mundo no están ausentes. Fue el sociólogo alemán Ulrich Beck quien en su obra titulada "La Sociedad del Riesgo" (1986) advirtió que en los procesos de modernización comienzan paulatinamente a solaparse las situaciones y conflictos de una sociedad "repartidora de riqueza" con las de una sociedad "repartidora de riesgos" Los riesgos civilizatorios, afirmó, residen primordialmente en la esfera de las fórmulas químico-físicas. Constituyen, a su vez, factores que funcionan como generadores de nuevas desigualdades internacionales al acentuar un reparto que sigue, al igual que las riquezas, el esquema de clases, pero al revés: las riquezas se acumulan arriba, los riesgos abajo. Muchos de los nuevos riesgos -contaminación nuclear o química, sustancias nocivas en los alimentos- se sustraen por completo a la percepción humana inmediata. Se trata de peligros que en ciertos casos no se activan durante la vida de los afectados, sino en la de sus descendientes Es decir que sus consecuencias no se agotan en los daños que ya han tenido lugar, sino que contienen además un componente futuro. Se vinculan así con los efectos lesivos que aún no se han manifestado pero que están en gestación y resultan inminentes. Y precisamente por eso están permanentemente actualizados. Problemática, claro está, que se encuentra vigente en el caso del polo de Dock Sud. Los habitantes de la "Villa Inflamable" pueden dar fe de cuán acertado estaba Ulrich Beck a la hora de señalar que: "Hay una fuerza de atracción sistemática entre la pobreza extrema y los riesgos extremos".
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