Jueves 14 de agosto de 2003
 

Puerto Deseado - Nahuel Huapi

 

Por Héctor Pérez Morando

  El senador González en aquella sesión de agosto de 1907 expresó que “El ferrocarril, no los ejércitos, están en la actualidad llamados a ser el principal elemento civilizador”. Como miembro informante de las Comisiones de Obras Públicas y de Agricultura dio las razones para el apoyo al proyecto de ley que el Ejecutivo nacional presidido por José Figueroa Alcorta y el destacado ministro Ezequiel Ramos Mexía habían enviado al Congreso y se conoció como “Ley de Fomento de los Territorios Nacionales”, bautizada con el Nº 5.559 y sancionada el 28 de agosto de 1908.
En la Norpatagonia ya estaba en servicio el Ferro Carril Sud de los ingleses entre Bahía Blanca y el río Neuquén, que años después -proyecto trasandino- llegaría solamente hasta Zapala y que hoy está siendo movido para cruzar la cordillera con aliento bioceánico. Aquella famosa ley que también proyectó otros ferrocarriles para el norte del país, en el artículo 1º entregó la herramienta: “Autorízase al P.E. para estudiar, construir y explotar los siguientes ferrocarriles: a) Desde puerto San Antonio en el territorio del Río Negro, hasta el lago Nahuel Huapi; b) Desde Puerto Deseado hasta empalmar con la línea anterior que va al lago Nahuel-Huapi, pasando por la Colonia San Martín, con un ramal a Comodoro Rivadavia, pasando por Colonia Sarmiento, otro ramal al lago Buenos Aires, y otro a la colonia 16 de octubre;”. (sic)
En la cámara baja el diputado Escobar, que tomó la posta afirmativa en nombre de similares comisiones, dijo sus cosas: “Cruzar los territorios nacionales con ferrocarriles, es darles la vida que necesitan para que se desarrollen con todo el vigor que son capaces”… “Tienen una extensión calculada de 1.340 kilómetros, habiéndose hecho un reconocimiento por las comisiones de ingenieros, de 5.000 kilómetros… En estos estudios se han dado cuenta exacta de los varios trazados posibles, y del porvenir económico de la línea a proyectarse. Los valles que he nombrado, representan lo mejor de la región patagónica y las colonias que cruza el trazado, son hoy las más progresistas e importantes”.
Tomar un mapa y ubicar el trazado santacruceño, chubutense y rionegrino que incluía aquellos durmientes y rieles hoy puede causar asombro. Sin embargo, la iniciación constructiva de aquel lejano tramo que en algunos lugares todavía tenía presencia toldera, aunque ya pacífica (o pacificados) no tardó mucho en concretarse. Y como en la línea sur rionegrina el ingeniero Guido Jacobacci fue el alma ejecutora del trazado San Antonio al lago Nahuel Huapi -que no alcanzó a ver concluido- mucho más al sur, otro joven ingeniero de treinta años se le atrevió a la gran obra ferrocarrilera. Se llamó Juan A. Briano, (15/9/1877-21/5/1965) elegido para la gran aventura civilizadora y progresista. El entonces director General de Ferrocarriles ingeniero Schneidewind le entregó la batuta diciéndole “Que Dios lo ayude, dejando así libradas a su capacidad todas las responsabilidades del caso”. El vapor “Neuquén”, propiedad de Ernesto Piaggio y comandado por el capitán Antonio Dodero, fue el encargado de transportar técnicos, obreros, carpas, herramientas, proveeduría y otros elementos y el 30 de abril de 1909 Briano y su gente desembarcaron en la rada de Puerto Deseado. Se encontraron con el comisario Zúcola y el subprefecto Rojas. Al otro día, en compañía del ingeniero Stephensen y otros hicieron un replanteo para ubicar la estación -el soberbio edificio que aún perdura- y eligieron el lugar para el campamento “dentro de un cañadón cubierto de tierra vegetal y provisto de agua”.
Además de obreros llevaron carpas, casillas desarmables y lo principal: carretillas, picos, palas y barretas, elementos principales para construir los terraplenes. El gran sueño, el intrépido proyecto de Ramos Mexía -verdad comprobada- de unir Puerto Deseado con el lago Nahuel Huapi donde empalmaría con el tramo desde San Antonio comenzó a ser realidad a las 7 del 6 de mayo de 1909, cuando se iniciaron los trabajos. El primer riel se colocó el 22 de julio del mismo año “a las 2.50 p.m.”. La primavera explotó con el pito de la locomotora Nº 163 del Ferro Carril Sud el 20 de setiembre siguiente y recorrió cerca de dos kilómetros y medio hasta la primera alcantarilla. Al mando de la negra locomotora inglesa estaba su maquinista Schoffield.
El ingeniero Briano en su “overo rosado” recorría el terreno para la posible traza que debió -por accidentes geográficos- ser modificada en algunos tramos, como por ejemplo el cruce del “Cañadón Veneciano”, que “era una obsesión con sus altas paredes de roca”. La soledad, el aislamiento, el viento conspiraban contra los trabajos, pero con un promedio de mil metros de durmientes y rieles diarios el camino de hierro avanzaba. “Necesito planos de las primeras obras de arte para establecer taller de picapedreros para preparar piedra existente con anticipación. Hasta ahora en movimiento de tierra se halla: tierra algo arcillosa, pedregullo, canto rodado y arena. Se emplea pico y pala de corazón”, pedía y explicaba Briano a Caspersenn, “jefe de Estudios Ferrocarriles” el 10 de mayo de 1909 y dos días después aconsejaba a su nombrado superior que “convendría que en vapor Mendoza viniera la primera locomotora”. Además, con la misma nave le enviaron cuatrocientos hombres que se agregaron a los más de cien que habían llevado, pero debió expulsar ciento treinta por “incompetentes, inútiles, rebeldes y subversivos”. Las cartas despachadas por vapor se encabezaban como “Ferro Carril Puerto Deseado al lago Nahuel Huapi”.
Se construyeron algo más de trescientos kilómetros hasta estación Las Heras y fue un ferrocarril de mucha utilidad según las estadísticas, pero el sueño y proyecto de Ramos Mexía -como algunos otros- quedó trunco. No prosiguió y años después la resolución P. Nº 2.101/77 de Ferrocarriles argentinos fue acta de defunción: “Enero 14 de 1978. Destinado a toda la línea. A partir del 15 del Cte. mes quedará definitivamente clausurado para todo tráfico ramal Patagónico Deseado Col. Las Heras. Estaciones acusarán recibo a su Jefatura de zona. Carlos Gómez. Jefe de Estación Deseado”. (sic)
     
     
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