Domingo 10 de agosto de 2003

Sólo con pingüinos no basta

En una Argentina con el sello de un movimiento creado hace más de medio siglo, o era el turno de Kirchner -todavía con su estilo indescifrable o indigerible según la óptica- con Duhalde entre bambalinas, o era Menem, a cuyo amparo se movían los corruptos que, pese a la huida del riojano, todavía siguen viviendo en el país. Claro que camuflados, pues los vientos no les son favorables.
"...Soy pingüino, soy parte de la Patria...", sentenció el Presidente en el populoso barrio de Florencio Varela, tras pedirle a los más humildes ayuda ante los "aprietes" que, en su criterio, pueden venir de "allá", del sector más ortodoxo del FMI (Anne Krueger, por caso) o de "acá", de las empresas privatizadas que manejan los servicios públicos, en especial las energéticas, a las que colocó bajo estado de sospecha a raíz de un gigantesco apagón.
"Kirchner llegó con un poco más del 22 por ciento y, para demostrar que no era débil, generó con su torbellino de decisiones una luna de miel con la gente. Pretende colocar una bisagra en la historia -confesó uno de sus hombres de mayor confianza en la Rosada-, pero sólo con pingüinos no basta. Urge sumar nuevos acompañamientos".
Los que secundan al patagónico y resaltan sus dotes de riguroso administrador, reconocen el carácter casquivano de muchos argentinos que "hoy te apoyan y mañana no". Descalifican a los opositores y las corporaciones que remachan con eso de que K no tiene un programa económico. Contraatacan diciendo que las soluciones no son inmediatas -"no soy un mesiánico", se definió el presidente ante el titular del Episcopado, Eduardo Mirás-, aunque puntualizan que hay necesidades sociales básicas que "no pueden esperar" mientras la nave navega con la vela y el timón apropiado, contra la corriente, hacia un puerto seguro.
El mismo ladero señaló que hay cuestiones de fondo, como la deuda externa y la fuga de materia gris al exterior (además de dinero), cuya resolución se prolongará varios años. Con respecto a la falta de transparencia en los actos públicos y privados, apuntó que la dificultad estriba en que todos proclaman una lucha sin cuartel contra los deshonestos y criminales siempre que "no se meta presa a la propia familia".
"No hay una única receta económica. Simplemente hay que hacer las cosas bien: cortar los curros, poner en caja al Estado. Eso, que es lo que viene de hacer Kirchner en Santa Cruz, es ya un programa", recitó el funcionario.
Con el ministro Roberto Lavagna en Washington dando examen ante el secretario del Tesoro de Estados Unidos, John Snow, el jefe de gabinete Alberto Fernández tranquiliza diciendo que gran parte del directorio del FMI comprende los postulados de Kirchner. "Las conversaciones para culminar en un acuerdo de tres años van bien, pero debemos mantener el bajo perfil", aconsejó.
Kirchner afirma que "ni loco" firmaría un compromiso para obtener un superávit primario para el 2004 de 4,5 por ciento. Eso significaría emprender un ajuste que no está dispuesto a convalidar. Su pretensión es 2,5 por ciento, marcando un contraste con lo rubricado por su colega brasileño Lula Da Silva.
"Me voy a diferenciar de Lula porque no sacrificaré nuestra recuperación para caer otra vez en la recesión", les comunicó en un encuentro de 40 minutos que sostuvo el miércoles pasado por la noche con Armando Cavalieri y Rodolfo Daer, de la CGT.
Cavalieri, indiscreto, comentó después que Lavagna admira de Kirchner además de su sagacidad política frontal y arrolladora, su capacidad de gestión. Sin embargo, añadió que está preocupado por los inocultables lazos existentes entre el Presidente y Flacso, el tanque de pensamiento del kirchnerismo.
"Por cada ministro actual, tengo tres potenciales reemplazantes", habría manifestado Kirchner, según la infidencia del dirigente mercantil.
Como dejó grabado San Agustín, a muchos les gusta engañar, a ninguno ser engañado. Y Kirchner, que se vanagloria de no mentir, insiste en encontrar verdad y justicia integrales.
En materia de reconstrucción nacional, debe definirse en los próximos meses el tema de las tarifas de los servicios y la compensación posible a los bancos por la pesificación asimétrica. Kirchner mandó a decir a las entidades financieras que "se olviden" de seguir reclamando 15.000 millones de pesos. "Estamos quebrados, a lo sumo dispondremos de 2.500 millones", una cifra que se desprende de un cálculo entre el CER y el CVS.
El Congreso -el actual- debe destrabar leyes que pide el Fondo. La dependencia de Kirchner con el aparato duhaldista se constató cuando le soltó la mano a algunos amigos políticos sin chance de ganar en sus provincias, y aceptó posar con quienes apenas si traga, como los candidatos a gobernadores en Chubut y Río Negro, Mario Das Neves y Carlos Soria, respectivamente.
Con el drama de la inseguridad ventilándose en las calles, las cárceles y en las propias instituciones que tienen la obligación de velar por el libre desplazamiento de los ciudadanos, volvieron a aflorar las divisiones por el pasado militar nefasto, fruto de desavenencias en los que los civiles no se pueden hacer los distraídos.
La búsqueda de una salida salomónica compromete al conjunto. Con la misma línea de razonamiento de Elisa Carrió, el obispo Mirás llamó a alejarse de los extremos, la impunidad de los asesinos y torturados y la venganza de los afectados o ex guerrilleros.
Por allí se coló el cuestionado juez de la Corte Eduardo Moliné O"Connor, al exagerar y autoproclamarse víctima de "un linchamiento político".
En este clima de resentimientos es difícil poner ladrillo sobre ladrillo de una nueva Nación. El justicialismo está confundido sobre qué hacer con las derogadas leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Es la Corte Suprema a la que correspondería pronunciarse "sin presiones" sobre la constitucionalidad o no de las mismas. El presidente del cuerpo Carlos Fayt reiteró ante un senador justicialista lo que siempre expone a sus íntimos: "el tiempo se desquita inexorablemente si se procede sin el auxilio de la Justicia".
"Hay que ser pacientes", susurra Jorge Carro, uno de los subsecretarios de la Presidencia que en septiembre irá por la intendencia de San Martín de los Andes.
No será fácil armonizar con los distintos sectores. Finalmente, después del desaire, Kirchner visitó la muestra de la Rural. "Yo no me olvido del campo, nací en el campo, vengo del campo, pero tengo discrepancias profundas con las dirigencias históricas de la Sociedad Rural", se sincera K ante sus hombres de confianza.
El debate por los militares violadores de los derechos humanos seguirá su curso. "No se negará nada, ni se esconderá nada debajo de la alfombra". Así lo aseguran en el área de Gustavo Beliz, donde consideran que estos procesos "deben madurar" después de que Kirchner "rasguñó" el cuerpo del país "y afloró una herida que no estaba cicatrizada" ¿Qué se hará para curarla?
En general, se ama la verdad cuando ésta hace brillar a uno, pero se la odia cuando se utiliza para reprenderlo.

 


Arnaldo Paganetti
arnaldopaganetti@rionegro.com.ar

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